Se*Dice: «¡Maten al mensajero!» en el Congreso del Estado

A.L. Therego

¿Se acuerda usted de la ‘Reina de Corazones’, personaje del cuento ‘Alicia en el país de las maravillas’? La versión en dibujos animados de Walt Disney, claro. Esa gobernante que ante cualquier situación adversa ordenaba a sus guardias “¡que le corten la cabeza!”

Pues en este México Mágico surrealista todo puede suceder y ya no sabemos distinguir ficción de realidad. El fin de semana pudimos conocer, a través del portal Zona Franca, las capturas de pantalla de un grupo de WhatsApp donde la diputada plurinominal de Morena, Hades Aguilar Castillo (por cierto, ni siquiera guanajuatense, pues es oriunda de Sonora), manifiesta su enojo por la inclusión, en la síntesis informativa del Congreso del Estado, de una nota que hace alusión a su hermano.

La señora amenaza con “chingar” al responsable.

Pues tal parece que la represión (o al menos la intención de), viene en el ADN morenista, o que ‘lo que hace la mano, hace el de atrás’. Esa impronta de irse sobre los medios tan pronto se ventila alguna acción que los ponga en evidencia, parece ser la reacción automática de algunos (para no generalizar) connotados militantes guindas.

Y además, irse sobre el que realiza su labor (como el caso del recopilador de la información que se genera diariamente para entregarla, en este caso a los diputados y que estén enterados de lo que ocurre y se publica a su alrededor -esta señora acostumbra conectarse a distancia y no estar presente en las sesiones, lo que no garantiza que tenga la percepción de lo que sienten y necesitan los guanajuatenses-) es emular a los tiranos gobernantes de la antigüedad cuando recibían una mala noticia, que ordenaban cortar la cabeza del mensajero, sin distinguir que el pobre infeliz solamente cumplía con su deber de dar a conocer lo sucedido.

Allá en CDMX, durante las mañaneras, Andrés Manuel López Obrador pontifica un día sí y el otro también contra los medios de comunicación -particularmente El Universal y Reforma-. Según su apreciación, estos medios recrean “un pensamiento conservador (…) muy fácil de manipular porque no exige argumentos; tiene que ver más con los sentimientos, con las pasiones…»

Como si nunca hubiésemos discutido con un chairo: no hay argumento ni dato duro que valga si el presidente ya se expresó sobre el tema en cuestión… Y como se ven acorralados, viene la retahíla de insultos a los que piensan distinto.

Así las cosas con la señora Hades (nombre que daban los griegos a su infierno mitológico). Compañero periodista, hágase a un lado, no lo vayan a salpicar. Y si le toca dar la mala noticia, péinese con gel, para que no salga greñudo cuando ruede su cabeza.

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