El poder de elegir cada día lo que pienso, lo que hago y lo que siento

Ana Carolina Reyes Rodríguez

Directora de Investigación, Universidad Instituto Irapuato

¿Cuántas veces en esta semana te has sentido triste, deprimido(a), angustiado(a), desesperanzado(a) porque las cosas no marchan como esperabas, desesperado(a) porque no sabes si algún día lo harán, o simplemente frustrado(a) porque tu vida no marcha como lo habías pensado? A lo mejor pensar en una semana se queda corto, quizás tuviste alguno de estos pensamientos ayer, antier y antes de antier: ¿te suena? Si tu respuesta es sí, te tengo una buena noticia, tú tienes el poder de cambiar lo que sientes y cambiar así, eso a lo que le llamas ‘tu vida’.

Te comparto algo. La mayoría de las personas de manera más frecuente de lo crees, tendemos a enfocarnos en los pensamientos negativos. Basta con ver las estadísticas sobre depresión, ansiedad, insatisfacción e infelicidad a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2021) estima que en todo el mundo alrededor del 5% de la población adulta sufre de depresión; esto constituye aproximadamente 280 millones de personas en todo el mundo.

The World Happiness Report en 2021 reportó un índice de felicidad mundial de 5.57 puntos, lo que significa que en todo el mundo nos sentimos 50% felices… o infelices, como gustes hacer la interpretación. En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2021) reportó que el 12.3% de las personas se declaran insatisfechas o poco satisfechas con su vida en general.

Entonces, sentirse “mal” (y pongo mal entre comillas, pues no me gusta clasificar estas emociones como malas, aunque eso es tema de otra discusión) parece ser algo bastante común, quizás está en nuestra naturaleza. El problema es que a nadie nos gusta sentirnos así, y para empeorar las cosas, ¿cuántas veces has escuchado la frase de ‘no se puede controlar lo que se siente’? Te adelanto que esta frase lleva algo de razón; sin embargo, lo que sí se puede es controlar lo que pensamos y lo que pensamos es lo que determina lo que sentimos… Así, de alguna forma sí podemos controlar nuestros sentimientos.

De lo que debemos ser conscientes es que nuestros pensamientos determinan nuestros comportamientos y sentimientos, y estos dos elementos determinan a su vez, en gran medida, cómo interpretamos ‘nuestra vida’. Es así como, día a día, al elegir cada uno de nuestros pensamientos tenemos el poder de cambiar nuestra vida misma. Por ejemplo, imagina el siguiente escenario:

Estás con tu pareja en el coche rumbo a casa después de un largo día de trabajo, de repente él o ella te dice que el día de hoy estuvo charlando con sus compañeros de trabajo y han organizado una comida para el próximo fin de semana. Tú tienes dos opciones:

Pensamiento 1) Qué mal, después de que nos vemos tan poco tiempo entre semana, encima decide reducir el tiempo que podríamos pasar juntos el fin de semana. No le importo.

Pensamiento 2) Supongo que tiene ganas de pasar tiempo con sus compañeros, está bien, todos necesitamos tiempo para nosotros y tenemos otras personas con las que queremos compartir además de nuestra familia.

Puedes imaginarte que, dependiendo del pensamiento que elijas será la respuesta que darás a tu pareja, la reacción que tendrás con él o ella y por supuesto, la forma en que pasarán las últimas horas de su día.

Al elegir conscientemente nuestros pensamientos y sistemas de creencias damos paso a nuevas formas de actuar y de sentir, y tenemos el poder de transformar nuestra vida día a día. Es como si tuviéramos distintos lentes de realidad virtual y un mismo mapa, dependiendo de los lentes que elijamos podrá aparecer un mundo lleno de colores, animales amistosos y donde el único objetivo sea vivir y disfrutar, mientras que si elegimos el otro par, el mismo mundo podrá aparecer en su versión blanco y negro, lleno de peligros y seres violentos que nos atacarán cuando menos lo esperemos y donde el objetivo será sobrevivir, ¿qué sensaciones tan distintas nos producirían estos dos escenarios, no? Y por supuesto, nuestra forma de actuar sería distinta en un mundo y en el otro.

Pero como ya lo dije, la buena noticia es que tienes el poder de elegir tus pensamientos. La vida, tu vida, es el resultado de tus pensamientos. Si no te gusta, te sientes triste, deprimido(a), angustiado(a), desesperanzado(a), desesperado(a), frustrado(a), etc., echa un vistazo a tus pensamientos. Recuerda que, lo que sentimos es el resultado de lo que pensamos. Si cada día, eliges pensamientos que te generan comportamientos que te hacen sentir bien, la interpretación de tu vida y de quién eres será más positiva. Así que, tu vida será diferente al cambiar lo que sientes y lo que sientes cambiará al cambiar lo que piensas.

El poder de elegir cómo será tu vida lo tienes tú, día a día y está en tu cabeza.

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