Mensaje de la Presidencia del Congreso, Dip. Martín López Camacho
«Cuando rendí protesta como presidente de este Congreso, manifesté la voluntad no solamente de conducir de manera legal y políticamente correcta esta mesa directiva, sino de buscar consensos, de priorizar coincidencias y facilitar el diálogo entre las diferentes fuerzas parlamentarias, siempre en un marco de respeto.
Por tal motivo, considero importante referirme a los hechos de la pasada Sesión del Pleno, en la cual por primera vez se dieron conductas muy lamentables en contra del orden y de la civilidad política que debe guardarse en un recinto de esta naturaleza y de la cual habíamos manifestado desde el comienzo de la legislatura.
En el desahogo del orden del día, en varias ocasiones se interrumpieron los trabajos ordinarios, alterando la tranquilidad, con personas invitadas que tomaron parte en las discusiones del Pleno sin autorización y que obstaculizaron el correcto desarrollo de la sesión.
Todo lo anterior, en contravención a lo establecido por nuestra propia Ley Orgánica en los artículos 163 y 164, y en los Lineamientos de Seguridad, Control de Accesos y uso de Estacionamientos del Congreso del Estado de Guanajuato.
Soy claro en señalar, que el conservar una lista de oradores en la discusión de un dictamen, no fue una determinación arbitraria de la presidencia, pues en todo momento se observó el trámite que nuestra Ley Orgánica establece para tal efecto. Ordenamiento al que estamos todas y todos obligados a cumplir a partir de que tomamos protesta como diputadas y diputados.
Como presidente y en ejercicio de mis atribuciones, llamé al orden en diversas ocasiones y decreté un receso para generar un diálogo con los coordinadores de los grupos parlamentarios, acordando reanudar la sesión en modalidad pública, aún y cuando conforme a la Ley Orgánica pudiera hacerse el retorno en forma privada.
Esta presidencia siempre optó por actuar en un ánimo de máxima tolerancia, de buscar el entendimiento, conciliar y evitar cualquier situación que vulnerara la integridad de quienes conformamos el Pleno; así como de todas las personas presentes en la Sesión.
Quiero referir que esta presidencia se condujo con prudencia, pues nuestra propia Ley Orgánica prevé que, ante el incumplimiento de las disposiciones relativas al orden público de las sesiones, se puede ordenar a las personas responsables que abandonen el salón de sesiones e incluso hacer uso de la fuerza pública.
La determinación de no ejercer esas atribuciones, sin duda, afectó de manera directa el derecho a la libre manifestación de ideas de las diputadas y los diputados oradores y no fue en un sentido de permisividad, fue pensando en proteger la integridad del grupo de personas que estaban en este recinto.
La exposición y debate de las ideas es lo que debe caracterizar a este Congreso del Estado, pero siempre con un alto nivel que nos exigen los ciudadanos que representamos.
Estoy plenamente convencido que el sello de esta Sexagésima Quinta Legislatura, tiene que ser el pluralismo siempre acompañado del respeto al principio de mayoría y a las ideas diversas, el cumplimiento de la Ley en todas sus dimensiones y el respeto a nuestra libertad de expresarnos y ser escuchados con dignidad.
En un régimen democrático, no son necesarias, ni convenientes las estridencias y mucho menos los llamados a romper el orden para expresar nuestro desacuerdo. Las y los diputados debemos ser ejemplo de la observancia de las leyes, que nosotros mismos hacemos y no propagar discursos de odio ni incitar a la ciudadanía al incumplimiento de la misma, pues los estamos exponiendo a sufrir sus consecuencias.
En razón de lo anterior, como presidente del Congreso del Estado, les hago un llamado a la responsabilidad y a la congruencia: no podemos ser guardianes de la ley y al mismo tiempo llamar a romperla. No podemos predicar lo que, con hechos, no somos capaces de reflejar.
Es por ello que esta presidencia y su mesa directiva no tolerará actos de violencia y falta de respeto en el desarrollo de los trabajos legislativos y velará por salvaguardar la integridad del Recinto y de cada una de las diputadas y diputados y del personal que cotidianamente está con nosotros. Se aplicarán las medidas de apremio necesarias para mantener el orden del que esta presidencia es responsable.
Les exhorto a que contribuyamos al diálogo con serenidad. No generemos, ni incitemos situaciones de violencia y facilitemos el trabajo legislativo que vendrá por delante a la altura de miras que las y los guanajuatenses esperan de nosotros.
Cumplamos nuestra tarea de manera responsable, no únicamente con el respeto que nos merecemos como diputadas y diputados, sino por el pueblo de Guanajuato, porque nosotros lo representamos, buscando siempre el bien común y dejando de lado los intereses particulares.
Exigir es fácil, señalar es fácil, quejarse es fácil. Dar un buen ejemplo no siempre es fácil, pero es el único camino para construir un Guanajuato respetuoso de las leyes, con armonía y paz social.
Seamos un ejemplo para seguir para la ciudadanía que ha confiado en nosotros.
Creo firmemente que para sostener y defender una idea, la violencia siempre va a estorbar, la paz también es ausencia de violencia. Y perdimos la oportunidad de debatir un tema que tenía que ver con el tema de seguridad y con el tema de paz haciendo presente, sobre todo, violencia verbal.
Este mensaje no va a obstruir, no va a limitar, no va a entorpecer si alguna diputada o diputado quiere ejercer las acciones legales si es que, a juicio propio, vio violentados cualquiera de sus derechos.
Es cuanto.
Seamos su Voz, su Congreso».
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