Prejuicios sociales

Ana Carolina Reyes Rodríguez

Directora de Investigación

Universidad Instituto Irapuato

Hace pocos días, una lamentable noticia inundó los periódicos de nuestro país e hizo que algunos de nosotros nos cuestionáramos sobre nuestro avance como sociedad. Treinta y nueve inmigrantes fallecieron debido a un incendio dentro de un centro de detención para inmigrantes. Aparentemente, el fuego había sido iniciado por ellos mismos como una forma de protesta (BBC News Mundo, 2023), lo que ninguno de ellos esperaba es que al ver el fuego extenderse, nadie les abriría la celda y sucedió lo que ya sabemos.

¿Qué piensas tú de este incidente? Más allá de los temas políticos o legales que están involucrados, los cuales estoy segura que son muy importantes de conocer para poder emitir una opinión -pero que confieso desconozco totalmente- considero que esto es el reflejo de una aún inmadurez social.

De la mano de este pensamiento, vienen a mi cabeza diversas situaciones de violencia, injusticia y discriminación que hemos podido observar a nivel mundial y también como país en los últimos años, como por ejemplo los incidentes en Estados Unidos de tiroteos masivos que lamentablemente, cada vez son más frecuentes (Goodman et al., 2023). También los discursos de Donald Trump que incitaban el odio hacia los mexicanos y latinoamericanos (Vega, 2015). La adolescente que murió hace unos días como consecuencia del bullying (Viña, 2023). E incluso, la noticia que el año pasado causó tanto revuelo en México, en la cual un restaurante fue acusado por prácticas de discriminación y racismo hacia sus clientes (El Universal, 2022).

Pero, te estarás preguntando, ¿qué tienen que ver todos estos casos con la noticia de los inmigrantes? Desde mi perspectiva, estos incidentes aparentemente tan diferentes comparten algo en común, algo que no me atrevería a definir como causa de estas situaciones, pero sí como el incitador escondido: los prejuicios.

Los prejuicios, son definidos como las evaluaciones o juicios negativos que se hacen hacia los miembros de un grupo (Herek, 2006). Estos suelen reflejarse a través de la marginación, hostilidad y devaluación hacia las personas que forman parte del grupo que es estigmatizado (Major & Eccleston, 2005).

Los prejuicios son lo que normalmente están detrás de comentarios negativos relacionados con la nacionalidad, el color de piel, la clase social, la religión, el tipo de escuela en la que se estudia, el tipo de música que se escucha, el tipo de ropa que se viste, la marca del coche, el tipo de entretenimiento que se elige, hasta el lugar donde se hacen las compras… en fin.

En realidad, lo que está detrás de todos esos comentarios es un conjunto de ideas asociadas a una etiqueta. Por poner un ejemplo muy sencillo, es como cuando vas manejando, se te atraviesa un coche, ves que es una mujer y piensas: “tenía que ser mujer”, ese es un prejuicio.

Los prejuicios promueven actos de discriminación y de violencia (Sugarman et al., 2018). Como evidencia de la existencia de estos fenómenos a nivel mundial, un informe realizado en 31 países por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas de los Derechos Humanos (ACNUDH) en 2020, reportó que el 20% de la población ha sido objeto de algún tipo de discriminación. Asimismo, la Encuesta Nacional de Discriminación (ENADIS, 2017) en México, encontró que el 20.2% de la población de jóvenes de dieciocho años reportó haber sido discriminado por alguna condición como el tono de piel, la forma de hablar, el peso, la estatura, la forma de vestir, el arreglo personal, la clase social, el lugar de residencia, la religión, el sexo y la orientación sexual.

Como podemos ver, la discriminación es detonada por la posesión de ciertas características, es decir, por prejuicios. Detrás de cada una de las situaciones citadas al inicio de este texto, podrían también estar presentes uno o varios prejuicios. Además, estos incidentes parecen sugerir que los prejuicios pueden causar también una especie de deshumanización y desconexión moral, que como consecuencia extrema pueden presentar actos como los ya mencionados.

La invitación de este texto es a reflexionar sobre estas y otras tantas situaciones que pueden ser el reflejo de nuestros prejuicios como sociedad, identificarlos y romper con ellos. Es urgente dejar de promover ideas que fomenten y apoyen los discursos y actos de odio. Considero que el esfuerzo por identificar y eliminar los prejuicios es el primer paso en el proceso hacia la madurez de nuestra consciencia social, la cual tendrá como resultado un mundo en el que noticias de actos inhumanos e incomprensibles no estén presentes en nuestro día a día.

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