Una Suprema Corte que nos cuida, un presidente pirómano

Juan Miguel Alcántara Soria

La resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, del 8 de mayo, es histórica. Cuida los equilibrios constitucionales entre los poderes públicos del país, y asegura que éstos actúen conforme a los principios y mandatos de la Constitución: única carta de navegación segura. Cuidó nuestra frágil democracia, al resolver acciones de inconstitucionalidad contra decreto que reformaba 2 Leyes generales, la de Comunicación Social y la de Responsabilidades Administrativas, decidido por legisladores de la 4t con el Presidente López Obrador, al final del año pasado. Le llamaron Plan “B” (1ª parte) al no lograr le aprobaran el plan “A” de reforma constitucional para desaparecer al INE. El ministro Alberto Pérez Dayán admitió 5 demandas de grupos parlamentarios, y suspendió ese decreto para no regir en los procesos electorales en curso de Coahuila y Edomex, Su proyecto fue aprobado ¡por 9 de los 11 ministros! (Tiene pendientes, aparte, 146 controversias constitucionales contra el mismo decreto).
La decisión de la Suprema Corte constató HECHOS violatorios del procedimiento previsto en la Constitución y en otras disposiciones, para el trámite de iniciativas de ley, y que son: el proyecto votado no fue publicado en la Gaceta Parlamentaria -que es el medio por el que los legisladores conocen qué se va a discutir y a reformar-; se le consideró de “urgente y obvia resolución” para dispensar trámites parlamentarios, pero no se acreditaron hechos que justificaran alguna urgencia de omitirlos, por alguna consecuencia negativa para la sociedad; o que al omitir trámites no afectaran principios democráticos. Fue en una sesión de diciembre pasado, convocada y realizada pasada las 11 de la noche, donde diputados de la 4t votaron a ciegas las iniciativas de AMLO, transgrediendo “el principio de deliberación democrática”, esencia de todo parlamento, esto es, el “conocimiento, y la deliberación democrática real, cualitativa y de fondo”, respetando los derechos de las minorías parlamentarias para participar en la discusión, exigido en el art. 72 constitucional. Los de la 4t sabían que desde 2008, en más de 30 ocasiones, la Corte ha resuelto que “el procedimiento legislativo es la base del régimen democrático y no un mero formalismo”, por los principios de legalidad, representatividad y democracia deliberativa”. La Consejería Jurídica de AMLO dice: “se privilegiaron formalismos por encima del fondo”. Irracional.
AMLO añora los tiempos de la “12ª trágica” (Echeverría-López Portillo) de condición mayoritaria priísta, en los que la Suprema Corte no consideraba los reclamos de diputados del PAN por violaciones al procedimiento legislativo. La Corte sostenía la tesis de la “convalidación”: “como la mayoría ya votó, las irregularidades cometidas fueron convalidadas”. Con la alternancia en el poder, la Corte logró su independencia, superó el criterio de la “convalidación”, y adoptó el de “irregularidades con efecto invalidatorio”: “De manera constante, la Corte realiza el ejercicio de control de regularidad: analiza los hechos y situaciones acaecidos en los procedimientos legislativos impugnados; contrasta estos con las disposiciones que rigen al procedimiento; identifica las violaciones cometidas; determina su gravedad, y decide si conllevan la invalidación de las normas resultantes del procedimiento irregular”.
AMLO enloqueció, y sus bancadas. Anuncian plan “C“ luego de próximas elecciones, para cambiar la Constitución, y a ministros de la Corte, que quieren enjuiciar.

En la Corte sigue atender quejas contra el 2º decreto que reforma: las leyes generales de Instituciones y Procedimientos Electorales, de Partidos Políticos, la Orgánica del Poder Judicial de la Federación, entre otras. El 31 de mayo deberá estar resuelto. Escribí en editorial de abril: “Son tiempos del Gobierno de los Jueces… Así se reconstruye el orden político-jurídico, para garantizar los derechos humanos y la división de poderes. Tenemos Suprema Corte de Justicia para sortear turbulencias. ¡Abróchense los cinturones!”, confirmé. Y sí, el Nerón mexicano, incendiario conduce el avión. ¡Asegúrate de los tuyos, contigo!

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