Jóvenes y violencia

Marycarmen Soria

La violencia va en aumento, por ello hay que analizar  algunas acciones que nos parecen a veces algo muy común o normal como lo es el golpear, gritar, humillar, ridiculizar a los niños y adolescentes, son algunos de los factores que generan la violencia juvenil, la cual, en muchas ocasiones lamentablemente es  incitada por los propios padres:

“¡Vas hija, demuéstrale que puedes; párate, párate, párate hija, agárrale la mano y, con eso!”, son las expresiones que grita una madre a su hija al momento de que ésta sostiene una pelea callejera, a escasos metros de la secundaria a la que asiste, mientras sus demás compañeros también las alientan al mismo tiempo que lo trasmiten por las redes sociales.
En México, la violencia entre jóvenes de 12 y 29 años es un fenómeno que ha aumentado durante la última década y hace que se enciendan los focos rojos en autoridades y sociedad.

Y es que, al interactuar este sector de la población entre sí, no sólo es generador de violencia, sino que conlleva a la formación de pandillas, de grupos urbanos o clanes que convierte al joven en presa fácil del narcomenudeo y la delincuencia. Estudios muestran que 50 por ciento de los jóvenes que cursa la secundaria manifiesta haber sufrido algún tipo de violencia física, verbal o emocional por parte de sus maestros y lo más preocupante es que también es por sus propios compañeros.

A nivel nacional, los delincuentes son jóvenes de entre 19 y 25 años, pero también casi ocho de cada 100 delitos los cometen menores de entre 12 y 18 años, quienes utilizan armas, nuestros jóvenes están en peligro y también algunos se vuelven más peligrosos.

Los jóvenes son vulnerables a ser reclutados por las organizaciones criminales debido a una serie de factores, como la pobreza, la falta de oportunidades educativas y laborales, la violencia en sus comunidades, y utilizan una variedad de métodos para reclutar a los jóvenes, incluyendo promesas de dinero fácil, poder, y pertenencia, también a menudo utilizan la violencia y el miedo para obligar a los jóvenes a unirse a ellos, como vimos en el caso de los jóvenes de Lagos de Moreno, Jalisco.

Es importante recordar que los jóvenes no son criminales por naturaleza. Son simplemente personas que están buscando un lugar al que pertenecer y una manera de sobrevivir. Podemos ayudar a prevenir que se involucren en el crimen organizado proporcionándoles más apoyo emocional desde nuestros hogares en familia, al mismo tiempo exigiendo al gobierno que se generen las oportunidades y el apoyo que necesitan.

Los jóvenes y mujeres hoy son los más violentados en el país, y al mismo tiempo son los menos interesados en la política y los que menos participan en ella,  mientras no reaccionen ante la indiferencia y hasta la burla de algunos  gobernantes, seguirán siendo no vistos ni oídos, y eso no se o merecen.

Entradas recomendadas

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *