Rolando Daza
Apunte:
Son temas que poco agrada comentar, por desgracia en el país se percibe más la presencia y los efectos. En días pasados comentamos un estudio que realizó la revista Science y parte del mismo se publicó en los medios. En el periódico El País, de España, se comenta sobre el tema como una noticia, en cambio nosotros lo vivimos todos los días. Los días de paz y tranquilidad parece que se acabaron, ahora es vivir en la zozobra en la mayoría de los días y en cada instante.
El presidente podrá refutar que el narco es el quinto empleador de México. El crimen organizado está en todas partes, presente en la mayoría de la población, miles de jóvenes, adolescentes, hombres, están implicados en la violencia, en el narcomenudeo, la extorsión, secuestros, homicidios, personas desaparecidas e ingresos a las cárceles.
Miles de empleos son del narco, y no precisamente relacionados con la violencia, sino con el ocio y los productos básicos, con la salud y los fármacos, con la agricultura y la pesca. Y todo el mundo lo sabe. La inflación en este país depende de que los criminales no tiren la producción de limones, encarezcan los aguacates o influyan en el precio de las tortillas. Y los otros datos los ignoran.
Y todo México lo sabe. Cuando destapamos una cerveza un porcentaje de esa espuma se convierte en dinero para el narco. También cuando se compra el tanque de gas, cuando se consume marisco o pollo del mercado. Hay infinidad de negocios, con empleados, en manos del crimen organizado para lavar su dinero: hoteles, restaurantes, plazas comerciales, taxis, clínicas de estética, compañías agrícolas, cultivos, grupos musicales, cantantes, medios de comunicación. Y ni hablar de los table dance. En el país uno desconoce a qué pistoleros está entregando el dinero ganado honradamente.
En esa opacidad se desenvuelven actividades donde caen atrapados jóvenes que deberían estar formando parte de la fuerza productiva legal del país. Un dato trágico del estudio de Science, es que, en 10 años, el 17% de las personas reclutadas mueren.
La investigación finaliza señalando la urgencia de detener los reclutamientos forzados que hace el crimen organizado entre una población cada vez más adolescente. En días pasados, en Zacatecas torturaron y mataron a seis adolescentes, en Chiapas, un pueblo salió a la carretera para recibir con júbilo el desfile de un cartel criminal. Hagan de cuenta, como en tiempos pasados se recibía a los curas o a los profesores en los pueblos: con alegría y esperanza.
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