Migración y Gobierno

Marycarmen Soria

A finales del 2022, había 108 millones de personas desplazadas, que se han visto en la necesidad de huir de su país de origen, como son los casos de Venezuela, Cuba, Honduras Nicaragua, Guatemala, Haití, por mencionar algunos y en los últimos años México ha incrementado el número de personas que están intentando migrar a Estados Unidos.

Hoy en día los flujos migratorios son complejos, tienen varios motivos ya sea por buscar mejores condiciones laborales y económicas, pero lamentablemente estamos ante familias completas que se exponen a muchos peligros y huyen de su país, por situaciones de violencia social, guerra o por temores fundados de que su vida está en peligro, y cada una tiene una historia y un drama humano que lo identifica.

Esta realidad se complica si observamos el deterioro en el apoyo de la ciudadanía hacia la democracia, la valoración ciudadana respecto a las instituciones democráticas es altamente preocupante el aumento de la tolerancia hacia las prácticas autoritarias, no es alentador que estén dispuestos a renunciar a las instituciones democráticas, a los controles y equilibrios de poder, a la seguridad que es deber de un gobierno proporcionar, abandonen el poder de su voto como ciudadanos, la manifestación ante las ineficiencias e indiferencias de los gobiernos y prefieran huir de su país con toda su familia.

Enfrentar a políticos o gobiernos no es fácil, como tampoco lo es huir a otros países donde en el trayecto la violencia y vulnerabilidad están presentes en todo el camino. Los niños y niñas migrantes corren el riesgo de sufrir hambre y frío en su trayecto, de padecer enfermedades, sin tener acceso a servicios de salud, de ser explotados por el crimen organizado y de ser detenidos, además de otros tipos de violencia y discriminación por parte de la población de los lugares que atraviesan.

Ya que el impacto de la migración es tan fuerte que afecta a todos los países por donde pasan, afectando la política y el gobierno de los mismos, al generarse  posiciones encontradas entre los que apoyan a los migrantes y los que no los apoyan, el gobierno del país en turno tiene que buscar que no se afecte la política nacional, derivado a que se incide directamente en las funciones del Estado, teniendo que buscar mecanismos y presupuestos para su atención que no afecte ni a migrantes ni a sus nacionales, con respecto a seguridad, educación, servicios y gasto públicos.

En general, el panorama no es alentador y lo más probable es que la cifra de migrantes y desplazados siga aumentando en los próximos meses y años.

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