Juan Miguel Alcántara Soria
Este viernes 1 de marzo iniciaron campañas presidenciales. Los videos exponen fuerzas, debilidades, retos, amenazas de cada una. Xóchitl Gálvez arrancó en Fresnillo. Salieron de sus casas mujeres, hombres, niños, en los primeros minutos. Tiempo sin salir de noche, por miedo. La delincuencia expropió calles y plazas, allá y acullá. Imágenes impactan: con solo veladora en mano, miles de personas recuperaron espacio público, con Xóchitl. Y gritaron, pautado: ¡Fresnillo quiere seguridad! ¡Zacatecas quiere paz! ¡Xóchitl presidenta! ¡No somos uno, no somos diez, pinche morena, cuéntanos bien!¡Los jóvenes, queremos, un México Xingón! No hubo banderas partidistas; sí pancartas a Xóchitl. Siguió a Aguascalientes. Cerró jornada en Irapuato, en el Bajío ensangrentado. De madres buscadoras de desaparecidos y sin apoyos. ¿Coincidencias?
Estadio de futbol lleno. Miles no entraron. La ciudad colapsada. El empezar 20 minutos tarde, con discurso de Miguel Márquez, largo y soso, alteraron ritmo, e impidieron a quienes seguían evento en cadena nacional, escuchar a Xóchitl. Habló al último. Su discurso y el de Libia, más cortos, buscando emocionar por compromiso de mejorar programas sociales. Destacaron golpe de timón en seguridad, exigida aquí, allá y acullá.
El desarrollo de las campañas es y será muy complejo. Hay 4 pilares o columnas: 3 partidos coaligados (con sus respectivas dinámicas -visibles e invisibles- de componendas, deserciones, traiciones). Y, por otra parte, el pluralismo ciudadano por fuera, manifestándose creciente. En todos los frentes se siente faltan jóvenes: sus intereses y visiones no se logran entretejer con agenda de candidatas; menos con partidos. Gran reto.
La primera campaña presidencial que viví fue en 1970, con Efraín González Morfín, “El candidato de la juventud” -luego del 68- del PAN. Tenía yo 15 años, no podía votar. Pintamos mis hermanos y yo “PAN” en todos los postes de las calles Guerrero y Obregón y el centro de Irapuato, en la noche. Día anterior a su llegada vino camioneta con chofer y sonido; me subí a perifonear por toda la ciudad el mitin del candidato en la Plazuela Hidalgo, un domingo de febrero. Ninguna estación de radio ni medio impreso nos dio espacio para difundirlo. A mi padre le tocó entonces y varias campañas después instalar el tapanco con sonido, entre otras tareas. El párroco Magdaleno Olvera se la debía, por facilitar semanas antes las torres de la parroquia para propaganda de Echeverría, del PRI. Sí le pagó con repique de campanas de la hoy catedral, al arribo de Efraín. ¡Mitad de la plaza cubierta! Vinieron de Michoacán y Jalisco efraínistas. Muchos jóvenes y varios universitarios. Al término, Efraín con su esposa Monique, y dirigentes del PAN, comieron fresas en casa de mis padres. Y cantamos mis hermanos y yo un corrido que le compuse, acompañando al piano. En 1976 el PAN no logró tener candidato presidencial, a falta de consenso interno.
Para 1982 hubo tarea con Pablo Emilio Madero. Los López Mares y un puñado de irapuatenses salíamos después de las 11 de la noche, con cubetas de engrudo y de pintura. Pintamos ¡Viva Madero! en pocas bardas. La gente tenía miedo a prestar espacios a la oposición. Repetimos perifoneo y pintas. En 1988, Maquío Clouthier, candidato presidencial, sacudió el árbol, y cayeron frutos. Hubo un despertar ciudadano esplendoroso, por todos lados. Colaboradores multiplicados aquí y allá. Ese año yo vivía en la Ciudad de México, y fui candidato a diputado federal por el distrito 39 de Coyoacán. Ganamos. Para 1994 el PAN eligió candidato a un abogado reconocido, orador, y guapo, Diego Fernández de Cevallos. En el primer debate presidencial de la historia, ganó y disminuyó fuerzas a Zedillo y Cárdenas (debate resultado de la creación del IFE que impulsamos). Diego reinició a los pocos días, en mayo, su campaña aquí, en Irapuato. Plaza llena. (Me pidió cenar leche caliente y conchas con sal. Y nadie más que familia). De las campañas de Fox y Calderón escribiré en otra ocasión.
Con mis tres hijos no logro aún hagan suya la deliberación democrática. Traen otras agendas, que entiendo y respeto. El pase de estafeta intergeneracional es complejo. Como sea, realidad y calidad de calle, ciudad o país, se construye por todos. El reto hoy: lograr vote, mínimo, el 70% de electores en el centro-norte del país. Si lo logramos, ganamos. ¿Tú, qué harás? Tenemos solo 90 días.
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