Derecha y extrema derecha arrasan en las elecciones europeas

Redacción, 09 de junio de 2024.- En las recientes elecciones europeas, aproximadamente 360 millones de ciudadanos de los 27 países de la Unión Europea acudieron a las urnas, resultando en una notable inclinación hacia la derecha tanto en la Eurocámara como en los gobiernos nacionales. Con alrededor de 497 de los 720 escaños del Parlamento Europeo ahora en manos de fuerzas conservadoras y de extrema derecha, el impacto de este giro político ha sido significativo en varios países, destacando Italia, Francia y Austria, donde partidos con mensajes neofascistas y ultraderechistas se han convertido en la primera fuerza. En Alemania, el populista AfD se consolidó como la segunda fuerza, superando al partido gobernante SPD.

Los resultados en Francia han sido particularmente sorprendentes, llevando al presidente Emmanuel Macron a disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones anticipadas. El Rassemblement National (RN) de Marine Le Pen obtuvo un impresionante 32% de los votos, mientras que la lista oficialista Renacimiento solo alcanzó el 15%. Este aumento significativo del apoyo a la extrema derecha se ha visto replicado en otros países, desencadenando una tormenta política que incluye la dimisión del primer ministro belga, Alexander de Croo, y la creciente preocupación por el futuro del proyecto comunitario europeo.

El Partido Popular Europeo (PPE) se mantuvo como la formación más votada en el continente, obteniendo 191 diputados, nueve más que hace cinco años. Sin embargo, la fragmentación de la derecha, con 83 diputados de Renovar Europa (RE), 71 del Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), y 57 de Identidad y Democracia (ID), evidencia un panorama político europeo cada vez más dominado por fuerzas conservadoras y ultras. En conjunto, estos grupos, junto con otros diputados no inscritos y emergentes, suman una mayoría significativa frente a los 223 escaños de las formaciones de izquierda.

La situación en Alemania es emblemática del cambio en el equilibrio político, con el SPD del canciller Olaf Scholz relegado a la tercera posición con solo un 15% de los votos, detrás del AfD, que a pesar de sus recientes escándalos, logró superar al SPD por tres puntos porcentuales. Esta tendencia se ha replicado, en mayor o menor medida, en otros países de la UE, como Croacia, Grecia, Portugal, Bélgica, Austria, Bulgaria, Malta, Países Bajos, Rumania y Suecia, donde la extrema derecha ha avanzado significativamente.

En España, el PP ganó con cuatro puntos porcentuales de ventaja sobre el partido socialista del presidente Pedro Sánchez, quien logró resistir el desplome vaticinado por las encuestas. La extrema derecha de Vox se consolidó como la tercera fuerza, mientras que otros partidos como Ahora Repúblicas, Sumar, Se Acabo la Fiesta (SALF), Podemos, Junts per Catalunya (JxCat), y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) también obtuvieron representación. En este contexto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió sobre la necesidad de construir un bastión contra los extremos, subrayando la importancia de mantener un equilibrio político en Europa.

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