Rolando Daza
Apunte:
La historia de México y de Guanajuato a partir de octubre, tendrá algo nuevo que contar. Por primera vez una mujer gobernará a los mexicanos y a los guanajuatenses.
“Por primera vez, en 200 años de nuestra República, me convertiré en la primera presidenta de México”. Así lo señala en un mensaje la nueva presidenta.
Incluyendo a Sheinbaum, por la vía del voto popular, solo diez mujeres han sido jefas de Estado en Latinoamérica. Varias de ellas lo han hecho con el apoyo de destacadas figuras masculinas que les trasladaron sus votos. Sheinbaum llega al poder con la popularidad de AMLO, tal como ocurrió antes con Dilma Rousseff en Brasil, victoriosa con el apoyo de Lula, o quienes recibieron la transferencia de sus maridos, como Violeta Chamorro en Nicaragua, la hondureña Xiomara Zelaya o la argentina Cristina Fernández de Kirchner.
La táctica de campaña de Sheinbaum fue reconocer sin límites que su fórmula era la continuidad del gobierno de López Obrador. Así lo ratificó tras la victoria: “Gracias, gracias, gracias; no les voy a fallar. Vamos a avanzar con el Segundo Piso de la Cuarta Transformación”. Dra. Claudia Sheinbaum, 3 de junio, 2024. Ahora hay que ver cuándo se desprende Sheinbaum de la presencia de su mentor, o si su presidencia llevará el sello de tutelaje de AMLO.
Consideremos también que, un gran reto que enfrentará la nueva presidenta, es la igualdad de género en el ámbito económico. Según el Global Gender Gap Report 2023 (GGG), el país está entre los últimos lugares globales de este subíndice. Mientras 76% de los hombres participan en la fuerza laboral, apenas 44% de las mujeres lo hacen.
El machismo forma parte de la cultura mexicana, uno de cada cuatro mexicanos hombres piensa que pertenecer al género masculino es garantía de mejor desempeño, México se posicionó respecto a la igualdad de género en un respetable lugar 33 de 146 países evaluados, de acuerdo al GGG. Entre los países de América Latina y el Caribe, México ocupa la sexta posición de 22. En lo relativo a los accesos a la educación y la salud, prácticamente alcanza la paridad de género desde 2006.
Para nuestra presidenta no tan solo ese es el reto. Los retos también se presentan en otros ámbitos. La democracia y la gobernabilidad mexicana vienen aquejadas de problemas serios que Sheinbaum deberá enfrentar. El tema de seguridad es grave. La violencia campeó desatada durante la campaña, batiendo récords. La presión de programas sociales también lo es.
El triunfo de Sheinbaum, de Morena, es notable, no sólo en conservar la presidencia y obtener la mayoría de las gubernaturas en juego (de ahí el notable trabajo de Libia García para conservar para el PAN, Guanajuato). El mayor impacto lo tiene en el Congreso. La alianza oficialista tendrá mayoría calificada, en la Cámara de Diputados y en el Senado, planchando el camino para cambiar la Constitución.
Para nuestro país y nuestra democracia, para Claudia y para Libia, los equilibrios están en juego. El balance del sistema democrático, en el Congreso y en los estados de la República se han debilitado enormemente, lo que identifica claros peligros para la democracia mexicana.
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