Según informó NBC News, el Departamento de Conservación Ambiental del Estado de Nueva York argumentó que los animales compartían espacio con humanos, incrementando el riesgo de exposición a la enfermedad.
Una dolorosa pérdida
Mark Longo, el dueño de Peanut, expresó su profundo dolor en Instagram. A través de un emotivo video, agradeció a su mascota por “los mejores siete años de su vida” y lamentó no haber podido protegerlo mejor.
“Descansa en paz mi mejor amigo. Gracias por traer tanta alegría a nosotros y al mundo”, dijo Longo entre lágrimas, mientras sostenía un retrato de Peanut. NBC News señaló que Longo utilizó su plataforma en redes sociales para pedir ayuda financiera, enfrentando batallas legales por el incidente.
Las autoridades justificaron la toma de los animales debido a que la ardilla mordió a uno de los investigadores durante el procedimiento de incautación en la residencia de Longo, ubicada en Pine County. Esta situación, combinada con las múltiples quejas anónimas que recibieron, llevó a los funcionarios a actuar. Según el comunicado obtenido por NBC News, es ilegal tener vida silvestre como mascotas debido a los riesgos de enfermedades.
Peanut, una ardilla amada más allá de las redes
La historia de Peanut comenzó siete años atrás cuando Longo rescató al pequeño animal tras presenciar cómo su madre fue atropellada en Connecticut. Durante su tiempo juntos, el hombre intentó devolver a Peanut a la naturaleza, pero el animal regresó herido a su hogar, lo que llevó a Longo a decidir cuidarlo indefinidamente. Con el tiempo, el cariño que surgió entre el cuidador y el pequeño peludo se reflejó en una comunidad virtual de más de 537.000 seguidores en Instagram, que disfrutaban de momentos donde ella comía waffles o saludaba a su dueño al llegar a casa.
Tras la muerte de la ardilla, las críticas de parte de los miles de seguidores de Longo y Peanut no se hicieron esperar y los funcionarios neoyorquinos fueron severamente cuestionados por su proceder, al que acusaron de “irracional”.
La respuesta de Longo fue explosiva. En un posteo en redes sociales tras la incautación, señaló que “el internet ganó”, culpando a quienes confrontaron su derecho a tener animales silvestres en casa. Además, en un claro mensaje de enojo, destiló que había “un lugar especial en el infierno” para aquellos que habían llamado a las autoridades.
Un debate en la Gran Manzana
WETM también reportó sobre la conmoción causada por la muerte de Peanut. La noticia generó debates sobre la tenencia de mascotas no convencionales y el manejo por parte de las autoridades cuando se trata de la salud pública. Longo aprovechó esta situación para dar mayor visibilidad a P’Nuts Freedom Farm, un santuario de rescate animal que fundó junto a su pareja tras mudarse a Nueva York. El santuario, que alberga más de 350 animales rescatados, depende de las donaciones de aquellos que han seguido la trayectoria de Peanut en línea.
El caso de la ardilla más famosa de las redes demuestra las complejidades emocionantes y legales que surgen cuando personas se embarcan en la misión de rescatar y vivir con especies silvestres. A medida que continúa su batalla legal, espera que el nombre de Peanut inspire cambios en la manera de entender y legislar la relación entre humanos y animales.
Con información de Infobae y artículo de Kevin Moreno
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