Rolando Daza
Apunte:
Hay temas que uno no quisiera comentar. Es indudable que el mundo está convulsionado, está en una situación que puede volverse caótica… por desgracia nuestro país no se encuentra libre de situaciones delicadas. No digamos que tan solo es la violencia, también afecta a nuestra nación la corrupción, la falta de justicia, la ineficiencia de los gobiernos, la salud y la educación que impacta a toda la población, la falta de buenas oportunidades para jóvenes, para adultos mayores y, también, la economía que muestra una falta de competitividad de nuestro sistema productivo.
Veamos un aspecto microeconómico, el estado de Guanajuato y algunas de sus ciudades. En noviembre el IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad) reportó en su índice de competitividad urbana, en ciudades de más de un millón de habitantes (evaluaron a 20 ciudades en toda la República) a León en el lugar 15°, nivel de baja competitividad. En ciudades de 500 mil a un millón de habitantes (evaluaron 18) a Irapuato en el lugar 14°, nivel medio bajo; Celaya fue la 18°, nivel bajo.
Para el IMCO, la competitividad urbana es la capacidad de una ciudad para atraer talento e inversión. Lo anterior significa que no solo es responsabilidad del gobierno estatal o municipal, los ciudadanos y los empresarios tienen una participación vital para mejorar la competitividad. Lo que sí deben hacer los gobiernos es generar proyectos o acciones que apuntalen este aspecto, que apoyen la economía para impulsar la competitividad y el PIB del estado.
El pasado 6 de diciembre el INEGI presentó el reporte anual del PIB por estado, donde señala que Guanajuato creció apenas 1.8%, lugar 23° a nivel nacional. En el estado la producción agrícola y ganadera disminuyó 2.5% (mayor al nivel nacional -1.5%), el sector manufacturero creció 0.3% (por debajo del país que fue de 3.4%), el sector comercial y de servicio aumentó 2.9% (abajo del nivel nacional del 3.4%).
El bajo crecimiento de la economía y de la competitividad, la pobreza laboral, y la violencia afectan ya la situación de la entidad. Ya el modelo basado en la atracción de inversiones y el desarrollo de la actividad automotriz (como sucedió en Detroit) muestran flaqueza. El efecto nearshoring hasta el momento no ha impactado a nuestro estado, se ha desaprovechado. Es cierto que Guanajuato es uno de los 7 estados que impulsan la economía de México, sin embargo, esta situación se va debilitando.
Es momento que nuestro gobierno estatal y los gobiernos municipales dejen la política, ahora deben de tomar acciones y examinar nuevos sectores para incrementar la capacidad productiva para mejorar nuestra economía, la competitividad del estado y, sobre todo, el nivel de vida y laboral de la población.