Daniel Díaz
Para quienes se interesan en dirigir un hospital, u ocupar un cargo directivo en el ámbito de la salud, me parece muy importante compartir algunos conceptos que aprendí tanto en el ámbito militar como en el empresarial. El acrónimo VUCA, que representa la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad, ha trascendido los ámbitos empresarial y militar para permear en el sector de la salud pública. Este entorno caracterizado por el cambio constante, la imprevisibilidad y la multiplicidad de factores interrelacionados plantea desafíos únicos y complejos para los profesionales de la salud pública.
¿Por qué es importante entender el concepto de VUCA?
Comprender el concepto de VUCA es fundamental para:
• Adaptarse a los cambios: Las organizaciones y las personas deben ser capaces de adaptarse rápidamente a los cambios constantes del entorno.
• Tomar decisiones estratégicas: Es necesario desarrollar habilidades para tomar decisiones en condiciones de incertidumbre.
• Fomentar la innovación: La innovación es clave para sobrevivir y prosperar en entornos VUCA.
• Desarrollar el liderazgo: Los líderes deben ser capaces de inspirar y motivar a sus equipos en entornos complejos y cambiantes.
El sistema de salud se encuentra inmerso en un entorno cada vez más VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo). La pandemia de COVID-19 ha acelerado esta transformación, poniendo de manifiesto la necesidad de una nueva forma organización y de liderazgo que pueda adaptarse a los constantes cambios y desafíos. Consideré importante compartir esta idea por que fue justamente lo que vivimos durante la pandemia, creo que hubiésemos obtenido mejores resultados de haber estado mejor preparados, dado que para los seres humanos al encontrase en una situación de vulnerabilidad, no hay nada mas importante que su salud y su vida. Aunque en los sistemas de salud los cambios son la única constante, estar preparados para enfrentar retos de estas dimensiones amerita no solo conocimiento, sino planeación estratégica, liderazgo y valor, para tomar las mejores decisiones en un entorno volátil, de incertidumbre, complejo y ambiguo.
La volatilidad se manifiesta en la aparición de nuevas enfermedades, la resistencia a los antibióticos y la rápida evolución de los agentes patógenos. La incertidumbre se evidencia en la imprevisibilidad de las epidemias y la escasez de recursos.