Alejandro Armenta propone castración química para agresores sexuales en Puebla

Alejandro Armenta propone castración química para agresores sexuales en Puebla

El gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta Mier, ha presentado una propuesta para implementar la castración química como sanción para agresores sexuales en el estado. Durante una conferencia de prensa, Armenta destacó que la medida no consiste en una intervención quirúrgica, sino en la aplicación de una inyección diseñada para reducir la libido sexual de los agresores.

Castración química para combatir agresiones sexuales

Armenta subrayó que, a diferencia de métodos drásticos como la castración física, la castración química es un procedimiento reversible que se administra a través de inyecciones que inhiben el deseo sexual. Este enfoque busca, según el gobernador electo, disuadir a los agresores y prevenir futuros delitos de índole sexual.

El mandatario electo también reveló que, tan pronto como asuma su cargo, llevará esta propuesta ante el Congreso del Estado con el fin de que se formalice como una política pública para castigar y desalentar las agresiones sexuales en Puebla.

¿Por qué la castración química?

Aunque la propuesta de Armenta podría generar controversia, él insistió en que la castración química se centra en reducir el impulso sexual de los agresores, sin causarles daño físico permanente. Además, recordó que en su etapa como senador, ya había planteado una iniciativa similar, que fue rechazada por diversas organizaciones de derechos humanos. Sin embargo, considera que esta medida tiene un enfoque preventivo y rehabilitador, y que tiene el potencial de reducir la reincidencia de delitos sexuales.

Reacciones y críticas

La propuesta de castración química ha sido recibida con opiniones divididas. Mientras algunos sectores apoyan la idea como una forma de proteger a las víctimas y prevenir futuros delitos, otras voces, especialmente desde el ámbito de la defensa de los derechos humanos, han expresado preocupaciones sobre su efectividad y sobre posibles violaciones a los derechos fundamentales de los agresores.

Sin embargo, Armenta mantiene firme su postura, asegurando que la prioridad es proteger a las víctimas de agresiones sexuales y garantizar su derecho a una vida libre de violencia.