Rolando Daza
Apunte:
México se encuentra entre las quince economías más grandes del mundo, es la segunda de América Latina, con una población de casi 130 millones, una rica historia cultural, abundantes recursos naturales, el país tiene una economía estable, abierto al comercio y tiene una base manufacturera conectada a cadenas de valor globales.
Durante los últimos años, el país ha tenido un desempeño por debajo de lo esperado en términos de crecimiento, inclusión y reducción de la pobreza en comparación con países similares. La economía tuvo un crecimiento estimado en poco más del 2.0 por ciento anual entre 1980 y 2022, lo que limita el progreso.
Para acelerar el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, México debe abordar limitaciones estructurales, como el acceso limitado a las finanzas, la inseguridad, la informalidad y los cuellos de botella en infraestructura. Enfrentar estos desafíos es básico para aprovechar al máximo la oportunidad del nearshoring.
Además de esta situación económica, ahora, se perciben en el país más las serias complicaciones derivadas del calentamiento de la Tierra, son más graves sus efectos, y observamos menos acciones de los gobiernos para hacerles frente.
Las sequías, las inundaciones, los huracanes, los incendios, la pérdida de biodiversidad, la desaparición de tierras bajas, ya es una realidad. Los expertos han señalado que con el cambio climático pronto será imposible de revertir el proceso de degradación del medio ambiente.
El sexenio se acerca a su fin sin que se puedan precisar los logros de una “transformación” cuyos resultados concretos son poco alentadores; el tema de la relación con el medio ambiente es uno de ellos.
Diversos motivos climáticos y geopolíticos obligan a buscar a México desde la importancia del medio ambiente y su participación en la situación. Observemos las consecuencias para el país de los grandes movimientos migratorios de los últimos tiempos; la persistencia del narcotráfico hacia el país y la violencia que lo acompañan. Cada vez más sentimos la falta de agua y los efectos de calor.
Desafortunadamente, la 4T no lo ve así. La acción ha recibido muy poca atención. La política del medio ambiente, del cuidado de la naturaleza, de la atención al clima y del agua carece de estrategia, no se observan cuadros capacitados para ejercer liderazgo. La acción del gobierno de México ante la situación, por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, cuya secretaria es María Luisa Albores, es imperceptible.
El futuro de México no es la política, nuestro porvenir está en vilo. El aspecto más preocupante es cuánto tiempo llevará buscar remediar las “decisiones” que se han ejercido en este gobierno, poco estructuradas, para el futuro de nuestra nación. La crisis hídrica, el calor, la contaminación ya lo estamos percibiendo.