Rolando Daza
Apunte:
En el país predomina el tema político sobre el bienestar de la población. La sucesión del 2024 es el tema. Los mexicanos padecemos la seria situación del cambio climático. Se olvida que la seguridad en el acceso al agua es fundamental para mantener la salud, así como el bienestar económico y social de las personas y las familias.
La conexión del hogar al agua entubada se ha tomado como la medida para monitorear el acceso al agua entre la población, sin embargo, esta medida no refleja el acceso efectivo de las familias al agua. De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022, el 95.3% de los hogares en México contaban con conexión al agua potable; cortes de agua, interrupción del servicio, falta de atención son una constante en las ciudades del país, solo el 17.4% de los hogares tuvo acceso continuo al vital líquido durante el 2022 y casi el 83% de hogares en México resiente la escasez de agua, de acuerdo con la Encuesta. Esto es delicado.
La encuesta también revela que el 81% de las familias almacena agua y 16% lo hace en cubetas. Esta es parte de la problemática, ya que el magro almacenamiento disminuye la calidad del agua para su consumo con consecuencias para la salud.
Un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), indica que el agua para consumo humano en México disminuye en forma apresurada, el débil marco regulatorio impide lograr un uso eficiente del líquido. En 1960, cada mexicano disponía en promedio de 10 mil metros cúbicos al año; el promedio disminuyó a 4 mil en el 2000, al presente es de 3 mil 200, se estima que para 2030 será de 3 mil.
A la debilidad normativa, señala el reporte del IMCO, se suma la muy limitada vigilancia. El Gobierno Federal dispone con alrededor de 160 inspectores para vigilar el uso del agua y las descargas residuales en todo el País.
Por todo ello, es necesario que, en la ciudad de León, en Irapuato, en el estado de Guanajuato y en el país, se establezcan normas y mecanismos que ayuden a una óptima gestión del agua, tanto a corto como a largo plazo. El marco regulatorio, el aporte institucional y los recursos financieros actuales son pocos para una utilización adecuada de los recursos hídricos. El agua se acaba.
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