Rolando Daza
Apunte:
Causó y sigue provocando conmoción la irrupción de Xóchitl Gálvez como aspirante a la candidatura presidencial, lo trascendente del fenómeno es el efecto “esperanzador” que generó entre una ciudadanía que veía con creciente desánimo y preocupación la (casi) inevitable permanencia de un gobierno de corte autoritario al frente del Ejecutivo.
Al paso de los días, la aparición de la hidalguense en la nómina de “posibles” a abanderar la puja del Frente Amplio por México está generando un “despertar social” inesperado que el país no había probado desde la campaña del foxismo… nuestras ciudades y nuestro estado ya recibieron a Xóchilt.
Al margen del resultado de la “amañada” consulta que estimulan las dirigencias del PAN, del PRI y del PRD, “algunos” aseguran que, en caso de una postulación el solo “efecto Xóchitl” y la afluencia masiva a las urnas que pudiera evitar la posibilidad de que la administración actual se haga con la mayoría en el Congreso de la Unión, objetivo del tabasqueño, que sabe de la práctica de gobernar “por la libre”, como le gusta a él y a los suyos.
Xóchitl Gálvez no tiene asegurada la candidatura presidencial de la oposición. Su irrupción en la escena política propició un entusiasmo entre corrientes opositoras que hizo perder las proporciones. De acuerdo con una encuesta de El Financiero, ella tiene el 22% de las preferencias para convertirse en candidata de la oposición, frente a un 16% de quien marcha en segunda posición, Santiago Creel.
Su crecimiento tan rápido ha conducido a algunos a pensar que se trata de la única opción del bloque opositor, por lo que hubo varios llamados a que declinaran todos los demás. Xóchilt tiene el potencial de crecer más.
Comentemos algunos pros y contras que ella tiene.
Pros:
1.- Autenticidad. Ella es un espécimen raro de la clase política mexicana. Quienes la conocen desde hace más de 25 años señalan que es la misma ahora que antes de incursionar en la política.
2.- Aplicar la creatividad. Así como es exitosa en los negocios, aplica lo mismo a la política.
3.- Ser ciudadana. La Ing. Gálvez se convirtió en funcionaria pública en un gobierno del PAN, luego fue delegada y senadora. El PAN echó mano de su prestigio y talento; sin ser, fue parte de la maquinaria. La nomenklatura del PAN no la quiere. La fuerza de la senadora Gálvez viene de su respaldo ciudadano.
4.- Su historia. Pocas personas tienen una narrativa tan poderosa como la de ella. Haber vendido tamales para ayudar a la casa, hasta convertirse en aspirante a la candidatura presidencial, es una historia inspiradora, que pocos tienen.
Desde nuestra óptica, algunas debilidades:
1.- Carece de maquinaria política para enfrentar a los “monstruos”. Es Xóchitl y su alma. Como aspirante a la candidatura presidencial, no atrae a ninguna maquinaria partidista. En redes sociales, muchos le aplauden. Si la ven en lugares públicos lo hacen, pero queda la duda de si podrá construir una estructura propia que la respalde, al margen de los partidos.
2.- Es el blanco. Sea por intención deliberada o por equivocación, el presidente ya la convirtió en la “bestia negra”, lo será por meses. Tendrá escrutinio severo, presiones e incluso agresiones. Éstas pueden desequilibrarla económica o incluso emocionalmente.
3.- Demasiados la envuelven… y la asedian. Ahora quieren rodearla. Quieren asesorarla, financiarla, apoyarla, venderle la fórmula mágica para ganar. Darle ideas y peticiones. De ser una senadora folclórica, se convirtió en uno de los personajes de mayor perfil de la vida política nacional.
4.- Necesita una narración para el país, no solo personal. Su historia de vida es inspiradora. Se han movilizado para desacreditarla y lo van a seguir haciendo. Hasta ahora su discurso se ha mantenido en tono crítico. Pero si lo sigue haciendo por mucho tiempo, se va a desgastar. Necesita decirle a México que las esperanzas que generó la 4T siguen vivas con ella y no solo que el gobierno de AMLO no funcionó.
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