CONTACTO AL MINUTO

Rolando Daza

Apunte:

Ha iniciado la mitad del año, se ha modificado el panorama del fin del año, que impactará los siguientes años. Tras el resultado electoral en México, y ante la elección presidencial en Estados Unidos (con ventaja de Trump), podemos tratar de visualizar lo que será el nuevo escenario de lo que implicará para el próximo gobierno.

Un panorama que se esperaba desde inicio del año, es una desaceleración en la economía mexicana en el segundo semestre, con la moderación en la actividad económica. De hecho, ya se empezaron a revisar a la baja varios pronósticos sobre el PIB para este año y el siguiente. Los datos económicos más recientes apuntan a una mesura en el crecimiento, desde la creación del empleo formal que liga dos meses consecutivos con retrocesos, hasta los datos de consumo que fueron menores, así como el IGAE, aunque poco, pero retrocedió.

El último comunicado de Banxico, señala la relativa preocupación sobre el crecimiento económico. De acuerdo con un documento del organismo, señala el impacto de un escenario altamente incierto en los niveles de actividad económica, lo que origina un menor dinamismo en el consumo y la inversión.

En cuanto a la inflación, el dato del mes de junio levanta cuestionamientos. La inflación se aceleró a 4.98%, siendo mayor que las estimaciones, el mercado ya esperaba el repunte en los precios. No es el nivel de la inflación general lo que preocupa, el factor toral son los servicios, cuyo progreso desinflacionario ha sido muy lento. Además, la inflación al productor, luego de haber descendido de manera considerable, nuevamente ha repuntado, lo que significa mayores presiones en precios hacia adelante.

Por otra parte, frente a un escenario de volatilidad, reflejado en el tipo de cambio, la política monetaria se ha tornado más compleja. El espacio para que Banxico pueda realizar recortes es estrecho. La inflación ha repuntado por cuatro meses consecutivos, al tiempo que la Reserva Federal no da señales de tomar medidas reductivas.

Ante ello, en el panorama no debemos descartar la mayor probabilidad de que Donald Trump llegue a la presidencia de Estados Unidos, con una agenda proteccionista en el ámbito comercial, e inclusive en migración, lo que podría generar un escenario que traerá presiones en inflación para el país. Por lo tanto, es necesario considerar que las tasas elevadas (aquí y allá) permanecerán por más tiempo.

Tomando un espacio para comentar. Después del retiro de Biden, las encuestas de opinión sugieren que la vicepresidenta Kamala Harris, lo está haciendo ligeramente mejor que Joe Biden frente a Donald Trump, pero los ataques republicanos contra ella recién están aumentando.

Incluso como candidata a vicepresidenta, Harris fue blanco de una intensa andanada de ataques conservadores que afirmaban, entre otras cosas, que había conseguido prominencia política a base de sexo, un insulto común contra las mujeres en el poder. La retórica contra Harris es parte de lo que un informe del Wilson Center, señaló como un esquema amplio de ataques de género y sexualizados contra mujeres prominentes en el discurso público.

A esos comentarios se sumaron ataques republicanos que calificaron a Harris como la “zar de la frontera”, parte de un esfuerzo por vincularla con la inmigración, un tema candente para los conservadores.

Así que el panorama para nuestra futura presidenta, se ve espinoso en la relación con el vecino y la economía del país. Nuestra moneda es la principal variable de ajuste ante un cambiante escenario económico, el incremento en la percepción de riesgo, y funciona como la válvula de escape ante a la volatilidad. Si bien hay que ser optimista sobre el futuro del país, debemos estar preparados para episodios que influyen en nuestra economía.

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