Rolando Daza
Apunte:
El tiempo avanza, para nuestro país no hay marcha atrás. Para los ciudadanos la búsqueda de crecimiento, de obtener un mejor bienestar, la ambición por crecer y obtener mejores oportunidades de vida se quedará en el baúl de los recuerdos. Ahora regresa el autoritarismo en momentos históricos para la política; en los próximos días se vivirán los últimos de un gobierno plural, con todo y sus defectos y virtudes, que se construyó después de la Revolución de 1910 iniciando con Venustiano Carranza y concluyendo con Enrique Peña.
Para el presidente de la república, el actual congreso le obsequia las reformas solicitadas, convertir al gobierno en propietario de la Constitución. El espíritu de los Constituyentes por construir un gobierno que atienda las necesidades de los ciudadanos, que produzca un mejor futuro para todos en salud, educación, economía, empleo y en gobernanza… se pierde. Si muchos gemimos de los gobiernos priístas del siglo pasado, en este año, en el siglo XXI, renace el autoritarismo. Así el pluralismo mexicano tiene los días contados.
Los mexicanos en 1910 éramos una población de 15 millones de personas, las regiones se desarrollaban de manera desigual, siendo las más desarrolladas el noroeste, el noreste, el Distrito Federal y el Golfo.
Entre 1940 y 1970, se experimentó un alto desarrollo económico, conocido como el “milagro mexicano”. Durante este período, el PIB creció a una tasa anual de 3,1%, el tipo de cambio se mantuvo fijo, la inflación fue muy baja hasta principios de los años 70.
Ahora en este 2024 estamos muy cercanos a los 130 millones de habitantes, una realidad muy distinta a la que vivieron nuestros abuelos. México es la economía número 13 del mundo por volumen de PIB. Por desgracia, y solo dos aspectos, sus habitantes tienen un bajo nivel de vida en relación al resto de los 196 países del ranking de PIB per cápita. A ello se le une el hecho de que el salario medio de los mexicanos es uno de los más bajos del mundo.
Mucho por trabajar en la economía, en la salud y en la generación de oportunidades para todos. Es tiempo que la política deje de ser lo más importante en la vida del país. Sin embargo, el futuro gobierno llegará con una desaceleración del crecimiento en general, con un freno en la actividad productiva, con reformas al gusto del Tlatoani para mantener el poder (imponiendo, “recomendando” funcionarios para el próximo gobierno), con encuentros con los “narcos”, con el Poder Judicial de la Federación, con los vecinos del norte, con países del continente y con España.
Realmente una situación difícil, los mercados ven un panorama negativo para el futuro, con una tendencia a una crisis financiera; por su parte los empresarios quieren ser optimistas. Además, nuestro principal socio está en una etapa de un cambio presidencial, donde el ganador puede afectar al país.
Seamos optimistas, tengamos el ánimo de un mejor México con la llegada al gobierno de la primera mujer, una mujer preparada, con un compromiso declarado por el bienestar, la paz, la justicia de todos los mexicanos.
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