Rolando Daza
Apunte:
Para nuestro país, estos últimos días han sido una carrera política, económica y social donde los desafíos externos y los conflictos internos compiten por el protagonismo. Entre las amenazas de Donald Trump, la crisis de inseguridad en Sinaloa, Chiapas, Tabasco, Guanajuato y demás estados, el alza del dólar y las tensiones diplomáticas, el gobierno federal y el estatal enfrentan un panorama adverso.
El filósofo francés Michel Foucault, estudioso del poder y de las personas, señala que el poder no es algo que se posee, es algo que se ejerce y circula. Este concepto está presente en la dinámica actual del país. Nuestras gobernantes deben resolver los retos propios de presidir un México, un estado polarizado, además se dirigen al encuentro con las tensiones internas que muestran la fragilidad del poder.
Por su parte, Hannah Arendt, filósofa judía, indica sobre la violencia, la política, el autoritarismo, el mal, la libertad, advertía que el poder tiene como esencia la acción colectiva, cuando ésta se fractura, lo único que queda es violencia y coacción.
En el regreso de Trump a la Casa Blanca, México ha estado en la mira. Las intimidaciones de aranceles y deportaciones masivas colocan al gobierno en una posición delicada. Aunque la presidenta insiste en la colaboración sin subordinación, las tensiones se ciernen como una tormenta en el horizonte.
Por su parte, en casa la inseguridad sigue siendo un reto monumental. En diversos estados, los sucesos de violencia recuerdan a las administraciones, federal y estatal, que el combate al crimen organizado es un campo minado. Las estadísticas no alcanzan para disipar la sensación de peligro que se percibe en varias regiones del país. Por otro lado, el ascenso del dólar y la amenaza de los aranceles, complica el escenario económico, afectando los precios de bienes y presionando a una clase media ya debilitada.
Además, la presidenta enfrenta otro problema, su propio gabinete. Tiene pocos hombres de confianza en puestos clave. Fuera de Luz Elena González en Energía, Juan Ramón de la Fuente en Relaciones Exteriores y Omar García Harfuch en Seguridad, sus incondicionales son contados. Tres figuras leales no son suficientes para navegar las tormentas que se avecinan.
Michel Foucault explicaba que el poder no es una estructura fija, sino un armazón de relaciones en constante disputa. En el partido en el poder, las disputas no son ideológicas, son personales. Algunos compiten por el legado de la 4T, otros buscan posicionarse para el siguiente sexenio, y algunos más solo quieren un lugar en la mesa del poder.
Maquiavelo decía, “los conflictos internos son inevitables, pero un líder sabio sabe cómo usarlos para fortalecer su posición”. La presidenta sufre la prueba más dura de su liderazgo, tiene la tarea de gobernar un país (traslademos esta tarea al estado) con múltiples situaciones, también debe mantener unida a la asociación que se tambalea.
En estos días, se presentó el Global Risks Report del Foro Económico Mundial, donde se presentan los grandes riesgos para nuestro país: Escasez de agua; Crimen y actividades ilícitas; Escasez de energía; Pobreza y desigualdad; y Servicios públicos y protecciones sociales insuficientes.