Rolando Daza
Apunte:
Se han generado muchas inquietudes por el nuevo conflicto que va a enfrentar el gobierno de la 4T… ahora con Canadá y Estados Unidos bajo las normas del Tratado de Comercio de los tres países. En junio de 2019, el actual Senado (no el de Peña) ratificó el TMEC por una votación de 114 votos a favor, tres en contra y cuatro abstenciones.
¿Por qué la poca seriedad del presidente Andrés Manuel López Obrador a atender el proceso de consultas iniciadas en materia energética por los gobiernos de Canadá y los Estados Unidos contra la política energética del gobierno mexicano?
¿Qué significa el panel de solución de controversias en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC)?
El resultado del panel que se constituyera, seguramente sería contrario al gobierno mexicano, así se tarde un buen número de meses en resolverse.
El asunto de fondo es que, al no poder cambiar la Constitución para modificar las reglas del juego en materia energética, lo que el gobierno de AMLO ha hecho es cambiar leyes secundarias y adoptar medidas administrativas, que, al beneficiar a Pemex y a la CFE, ponen la “cancha” dispareja, violando varios acuerdos del TMEC.
Un tratado internacional, suscrito por el gobierno mexicano y ratificado por el Senado, tiene una jerarquía jurídica superior a la de una ley secundaria o a las disposiciones administrativas.
Así que no pueden decir que el instrumento jurídico que tenemos y que ha dado lugar a los reclamos de Estados Unidos y Canadá, es algo heredado de administraciones anteriores.
Si México pierde la controversia, podría darse el caso de que hubiera sanciones comerciales que perjudicaran a los exportadores mexicanos al ponerse aranceles a una serie de productos mexicanos que se exportan a EU. El costo sería para toda la economía, pues eso implicaría afectar el crecimiento del país.
Las posibilidades de que aprovechemos el nearshoring (las oportunidades de la relocalización de actividades económicas), se verá limitada, entre otros factores por problemas con la energía. En el norte de la República algunas plantas pensaban explorar la posibilidad de instalarse para abastecer a la cadena productiva en Estados Unidos, no lo han hecho ante la falta de certeza en el suministro eléctrico seguro y confiable en los siguientes años.
En plática con empresarios que consideraban instalar una planta en el Bajío, no están seguros de hacerlo, ya que requieren de energía proveniente de fuentes renovables, y consideran que en México no está garantizada esa oferta.
Sí, la controversia que van a emprender Estados Unidos y Canadá en contra del gobierno mexicano es para dar miedo y no para burlarse de ellos.
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