Rolando Daza
Apunte:
El porvenir de nuestra nación no debe ser resultado de la casualidad; se debe trabajar en cuidar la libertad, la unidad de los mexicanos, el respeto, el beneficio de todos y la participación de los ciudadanos. Más que esperar un resultado casual o imponer una postura, el éxito del país está determinado por lo que su sociedad y sus gobiernos sean capaces de planear, organizar y decidir.
Si se busca conducir a México al futuro, necesitamos definir un proyecto común que deseamos para las futuras generaciones (los próximos 20 años), es momento de ponernos a trabajar con determinación para hacerlo. Los mexicanos del futuro, deberán encontrar un México distinto y mejor al que vivimos. El proyecto del que hablamos, el futuro de las generaciones, nos invita a trabajar unidos con un gran propósito en común: el desarrollo integral del país. Solo así podremos dejar una patria fuerte, próspera, justa, ordenada y generosa.
Al día de hoy, ese gran proyecto se ve lejano, no se observa que pronto llegue a “buen puerto” ese país que todos los mexicanos ambicionamos. No hablamos tan solo del gobierno federal, estatal o municipal, hablamos de la participación de todos, de la sociedad, de las empresas, de todos en la construcción de nuestro país. Somos una nación de 120 millones de personas, la 15a economía mundial y orgullosos de nuestro pasado.
Para construir el país que todos queremos, México necesita trabajar en su orgullo, en el orgullo de ser mexicanos, orgullo de apostar por México. Muchas personas han pasado y no hemos acabado de construir las relaciones y los lazos que nos permitan mirar con gran orgullo a nuestro actual país. El interés personal o de pequeños grupos se impone al beneficio de todos.
Los mexicanos debemos trabajar aquí y ahora por el México del mañana. Necesitamos fortalecer a nuestro país con una sólida cultura de legalidad y restablecer las condiciones mínimas de seguridad que requieren nuestras familias, generar empleos suficientes y bien pagados, igualar oportunidades de educación, salud y servicios básicos para todos, preservar y restituir el medio ambiente e insertar a México con éxito en un mundo competitivo y global. Esto nos exige a todos actuar ahora.
En este siglo, no hay cabida para la improvisación ni la casualidad. Nuestro destino dependerá de lo que hoy hagamos o dejemos de hacer los mexicanos. Solo con una visión de largo plazo podremos alcanzar nuestros anhelos de bienestar y progreso.
Por ello, es momento para generar los canales de comunicación, las conversaciones productivas entre el gobierno y la sociedad, para producir ese país deseable y posible por encima de diferencias de partido, región o religión. ¿Esto será posible?
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