Rolando Daza
Apunte:
En estos tiempos, ya no es de extrañar que la población se encuentre dividida. Ahora nos recuerda que falta más compromiso y nacionalismo para enfrentar los retos. Como ha sido en este gobierno, la política se impone al bienestar y a la economía del país.
Se han destruido muchas instituciones y acciones que producían un México competitivo y con deseo de mejorar y crecer. A muchos mexicanos les cuesta sentir el orgullo de las cosas bien hechas, de las historias de éxito y de los triunfos de otros mexicanos. Es un fenómeno no fácil de explicar, duro y cruel, que afecta a la sociedad y que lastima nuestro ser.
Confundimos el éxito de las personas, de las empresas, de las instituciones como parte de un complot o de una confabulación por perjudicar al resto de las personas, instigan que, para ser exitosos, se llega por suerte, por ventajas o por triquiñuelas en el camino… cierto es que existen empresarios, políticos y funcionarios que se han enriquecido por medio del saqueo y el robo de recursos.
Necesitamos reconocer que nuestro país está lleno de historias de éxito, de logros, de sacrificio que en verdad representan a la sociedad que somos, donde el trabajo, la solidaridad, la capacidad de sufrimiento y resiliencia que tenemos nos distingue sobre otras naciones.
Ahora es momento de reconocer a los talentos nuevos, apostar por ellos, preferimos dejar esa responsabilidad a empresas y personas de Estados Unidos, Inglaterra, España, China o Alemania… es mejor que las personas competitivas se vayan y triunfen allá y ya veremos aquí si le damos el visto bueno. Nos autocensuramos.
Observemos. La descalificación del mundial de fútbol de México, ha dado mucho de qué hablar. Se ha hablado del director técnico, de los jugadores, de los clubes que conforman la liga, se han externado puntos de vista que hacen urgente la adopción de cambios para revertir el problema y superar el mal desempeño que tuvo nuestro equipo nacional. Las personas opinamos y descalificamos a todos los participantes de la selección…
Aprovechando el tema, es relevante observar que el equipo es un reflejo de nuestro país, de la movilidad colectiva que invita al progreso y cambio constante, a la actualización de cuadros de los que depende el mejoramiento del estado de cosas.
La movilidad en el futbol debería permitirnos reconocer el desempeño óptimo de sus representantes, el cual tiene un ciclo de vida y que, sin menospreciar su valor, es aconsejable y necesario siempre favorecer el cambio, con la finalidad de abrir espacios a nuevos cuadros, a nuevos aspirantes que podrían hacer de nuestra participación en certámenes internacionales una mejor experiencia.
Reconociendo el valor que ha tenido el desenvolvimiento de algunos integrantes del equipo, debe de apreciarse el hecho de que no han sido reemplazados, los consideramos como únicos. México se conforma por 120 millones de individuos, en los que existen personas con aptitudes a los que debería concederse la oportunidad de mostrar su capacidad deportiva.
Nuestro crecimiento y desarrollo como país y como personas están ligados no tan solo al talento, también tiene que ver la preparación, la educación, la cultura o la formación para el deporte. Tenemos la necesidad de educar a la juventud, del mismo modo que las políticas, permitiendo a los muchachos acceder a un ambiente, a instalaciones, a nutrición y dirección adecuada para desarrollar su vocación.
En una visión moderna de México, se exige a quien la debe de tener, la capacidad de ver hacia el futuro. El país debe dirigirse a partir del aprendizaje de las vivencias que hemos atravesado, en un mañana por venir. Resulta impensable que el gobierno impulse las políticas anteriores en materia educativa, si sus propios representantes carecen de la capacidad para entenderlo.
Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!