Donald Trump ha delineado sus planes inmediatos para el primer día de su posible segundo mandato como presidente de los Estados Unidos, incluyendo un enfoque agresivo en deportaciones masivas, indultos, y una revisión completa de políticas implementadas por la administración Biden. Además, ha prometido revisar el sistema gubernamental y fortalecer su agenda económica con aranceles.
Deportación masiva de migrantes y cierre de la frontera
Uno de los puntos clave en su lista es el inicio de un programa de deportación masiva para retirar a los migrantes indocumentados, especialmente a aquellos con antecedentes criminales. Trump también ha repetido su intención de “cerrar la frontera” y “perforar, perforar, perforar” para aumentar la extracción de recursos naturales. En su discurso de campaña, destacó la urgencia de actuar inmediatamente contra lo que considera una «invasión» por parte de inmigrantes ilegales.
Indultos a los involucrados en el asalto al Capitolio
Trump también ha prometido indultar a aquellos que participaron en el ataque al Capitolio en enero de 2021. Este compromiso está alineado con su postura de reescribir la narrativa sobre el asalto, al calificar a los atacantes como “patriotas increíbles”. Además, ha declarado que, como presidente, tiene la autoridad para perdonar a cualquier persona condenada a nivel federal.
Desmantelar el «Estado profundo» y reducir el tamaño del gobierno
Trump busca reducir la burocracia gubernamental y desmantelar lo que él denomina el «Estado profundo». Propone despedir a miles de empleados federales, eliminando protecciones del servicio civil y haciendo que muchos funcionarios de carrera puedan ser fácilmente reemplazados por leales políticos. Este proceso estaría centrado en la eliminación de «burócratas corruptos» y la transformación del gobierno federal para hacerlo más eficiente y alineado con su visión.
Imposición de aranceles y medidas contra China
En el ámbito económico, Trump ha prometido imponer aranceles más altos, especialmente a las importaciones de China, para reducir el déficit comercial y proteger los trabajos en Estados Unidos. Ha sugerido una tarifa general del 10% para todos los productos importados, y un 60% para los productos chinos. Esta medida se basa en la legislación de 1962 que permite al presidente aplicar tarifas por razones de seguridad nacional, una política que Trump utilizó durante su primer mandato.
Revertir las políticas de Biden sobre derechos transgénero y educación
Trump también se ha comprometido a revocar las protecciones que la administración Biden implementó para los estudiantes transgénero. Esto incluye la reversión de las políticas que buscan proteger a los estudiantes trans de la discriminación en las escuelas, así como otras iniciativas relacionadas con la educación de género.
Estrategias energéticas y ambientales
En cuanto a la política energética, Trump planea revertir las regulaciones medioambientales que limitan la producción de combustibles fósiles. Ha prometido expandir la extracción de petróleo y gas en Estados Unidos, incluyendo en el Ártico, para reducir los costos energéticos y fortalecer la independencia energética del país. Esto va en contra de las políticas de Biden, que buscan reducir las emisiones y promover fuentes de energía renovables.
Paz en Ucrania: Un acuerdo en 24 horas
Trump ha asegurado que podría resolver la guerra en Ucrania en tan solo 24 horas. Según sus declaraciones, este acuerdo de paz implicaría reunir a los líderes de Rusia y Ucrania en una mesa de negociación para poner fin al conflicto. Trump ha criticado a la administración Biden por continuar el apoyo a Ucrania, señalando que su enfoque negociador sería más efectivo para detener la violencia.
Deportaciones de migrantes: Un desafío logístico
Trump también ha prometido que en su primer día de mandato comenzaría un programa de deportación masiva, dirigido a los migrantes indocumentados con antecedentes penales. Para llevar a cabo este plan, se necesitaría una enorme infraestructura de detención y transporte, además de la cooperación internacional para aceptar a los deportados. Aunque el presidente tiene la autoridad para iniciar el proceso de deportación, la logística y los recursos necesarios para implementar un plan de esta magnitud son complejos.
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