El Presidente contra Senadores, Jueces, INE ¡Déspota!

Juan Miguel Alcántara Soria
López Obrador detesta los equilibrios políticos establecidos en la Constitución para contener los abusos del poder; busca anularlos al costo que sea. Hizo costumbre su incumplir la ley y decisiones de jueces. En la semana que terminó, lo desquició, primero, que senadores del PAN, PRD, MC, y parte del PRI, no quisieran ampliarle el plazo (de marzo del 2024, al 2028) para que pueda disponer “de la Fuerza Armada en tareas de seguridad pública”. El dictamen se frenó para permitirle presionar a senadores (los exhibió en público), con los medios que sea -chantajes, dinero, puestos- a que cambien su voto, afectando nuestro débil sistema democrático. AMLO busca que cuando la Suprema Corte resuelva que las modificaciones recientes a 4 leyes secundarias profundizaron militarización, y son contrarias a los artículos 21 y 129 constitucionales, él siga con tropas fuera de los cuarteles, hasta terminar su mandato, y más allá (¿espera perpetuarse?) El jueves pidió hacer “consulta” para preguntar al pueblo si acepta que la Guardia Nacional pase a la Sedena, y militares sigan en las calles más allá del 2024 ¡La Ley no permite consultas para restringir derechos humanos, ni sobre la organización de la Fuerza Armada permanente, ni en asuntos de seguridad nacional! ¡Y propone que la haga su secretaría de gobernación! no quien exige la ley, el INE, al que también detesta.
El viernes acusó a jueces de estar por encima del Estado (que piensa es él) y de no impartir justicia: cuestionó a juez que absolvió a parte de implicados en el caso Ayotzinapa, por concluir éste que el ministerio público federal no ofreció evidencias suficientes que acrediten el delito de homicidio calificado en grado de tentativa. Pidió denunciar penalmente al juez: “Son fallas en la integración de expedientes del ministerio público, o sea, forma, no fondo… Que la autonomía de los jueces… Ese juez es el Estado. ¿Quién lo eligió para ser el jefe del Estado?”
En todo esto pierde, en primer lugar, el pueblo, por falta de una estrategia nacional de seguridad y de fortalecimiento de ministerios públicos y policías locales, sin los cuales no se recuperarán mínimos de paz, y de respeto a las personas, sus libertades, derechos y patrimonios. Pierde también el Estado democrático de Derecho, porque éste supone una técnica aplicada que involucra: (i) Una Ley Fundamental o Constitución que organiza al pueblo, asentado en un territorio; (ii) El reconocimiento de los derechos humanos y sus garantías de defensa; (iii) Pesos y contrapesos en el uso del poder político, dividido; (iv) El principio de legalidad por el cual el presidente (cualquier autoridad) solo puede hacer lo que la ley le permite; en tanto los particulares pueden hacer todo aquello que la ley no les prohíbe; (v) Un gobierno representativo, que requiere elecciones libres, secretas, directas, competitivas, periódicas, y órganos imparciales; (vi) Respeto a libertad de medios de comunicación; (vii) Recursos administrativos y jurisdiccionales para cuando derechos y libertades sean afectados; (viii) Mecanismos de transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción, accesibles al ciudadano, y con controles entre órganos autónomos.
Todas estas reglas técnicas las trastoca López Obrador. El Estado Democrático de Derecho exige la sujeción de toda actividad estatal o gubernamental a la Constitución y a las demás normas que garantizan el funcionamiento responsable y controlado de los órganos del poder, a partir de que toda vida humana tiene una dimensión jurídica que AMLO, parece desde niño, en casa paterna, y entre amigos adolescentes, no supo reconocer; y hoy detesta.
Más allá de la insatisfacción ciudadana con nuestros representantes populares, y el descrédito de partidos, por su falta de proyecto, propuestas y transparencia, por corrupción, cerrazón a la ciudadanía, por ineficacia de interlocución y de contrapeso, para lograr, entre varias, una política de seguridad pública que -insisto-, arranca desde lo local, exijamos a todos respeto al Estado Democrático de Derecho, e impidamos al engendro de dictador, nos dañe más.

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