El pueblo tiene desafíos democráticos enfrente

Juan Miguel Alcántara Soria
Civismo de millones de mexicanas y mexicanos, el domingo anterior, defendiendo libertades, fue apreciada en y fuera del país. Imágenes del Zócalo y sus accesos, pletórico, y en otras 110 ciudades, difundidas por el mundo.

Niños, adolescentes, adultos mayores, personas con muletas, bastones o en sillas de ruedas, marchar alegres y con consignas civilizadas: ¡El INE no se toca!¡Mi voto no se toca!

Sin odio ni violencia.

Varios logros: el pueblo hizo sentir no se dejará arrebatar derechos y libertades. No les es indiferente amenazas a la democracia a crecientes círculos ciudadanos. En la mira, decisiones de la Suprema Corte de Justicia para hacer respetar la Constitución: se confía en ella, y ella sabe de este apoyo, más luego de recibir amenazas de muerte su Presidenta. La democracia es reto, lucha constante; no está asegurada. Véase en Estados Unidos con Trump, por ejemplo.

AMLO no lo captó. Reaccionó con el hígado: los acusó de “corruptos”, de tener vínculos con narcos. ¿Quién ostenta relaciones con la mamá del Chapo, o soltó a hijo de éste?¿A quién acusaron recién en corte gringa de recibir dinero del narco para su campaña? ¿Del gobierno de quien la Auditoría Superior de la Federación señaló este febrero que en su 3er año tuvo gasto irregular por otros 7 mil millones de pesos? El déspota se organiza marcha, a la manera de Echeverría o López Portillo. Acudirán masas, no pueblo, con recursos públicos de donde gobierna la 4t. Eso es corrupción.

La ciudadanía tiene nuevas responsabilidades:

1) Lograr trasparentar el proceso de designación de consejeros y presidenta consejera (será mujer) del INE, que dirige Cámara de Diputados. (La 4t se agandalló 4 de 7 lugares en el Comité Técnico que validará a aspirantes a cargos). Asegurar cumplan requisitos formales quienes entren en la rifa, y ésta no sea manipulada. De no ser así, a reclamar en Tribunales y en las plazas públicas, otra vez.

2) Seguir las demandas de amparo, acciones y controversias que se interpondrán ante el Poder Judicial Federal, luego de publicarse reformas el 2 de marzo. Ya iniciaron demandas servidores del INE afectados.

3) Formar ciudadanos, que dejen de ser masa. Esta es tarea colosal que exige a instituciones varias.

4) Levantar la mano ciudadanas y ciudadanos con prendas democráticas para ser candidatos.

5) Exigir a partidos ser “escuela de ciudadanía”, y se abran a postular candidatos idóneos con métodos democráticos. Para llegar a la cita del 2 de junio del 2024, todos juntos y a tiempo.

Los dirigentes partidistas están en déficit, en falta. En 4 años no han sabido ser la oposición que México necesita. El INE recién frenó al presidente del PRI en su intento de prolongar su gestión hasta el 2024. Si bien los partidos tienen el oligopolio de postular candidaturas, exigible es que éstas se definan con toda la apertura democrática posible (primarias abiertas), no por decisión cupular, entre mafias intrapartidistas. Que sus militantes interesados -y sin cola- compitan en igualdad de condiciones con ciudadanos de fuera, sin partido, en procesos abiertos, para resolver los más idóneos: por su prestigio y solvencia moral, sobre todo.

No han entendido la profunda decepción, en amplios sectores, con resultados de alternancias democráticas. Se han tardado en proponer nuevas rutas de justicia social, derechos humanos, reto climático, seguridad, pluralismo, campañas diferentes, comunicación efectiva, nuevas coaliciones desde lo local, entre otros. Guanajuato aún es referente.

El modelo de gobernanza humanista ha sido más o menos eficaz, y deficientemente difundido. La “marca” debe ser comparada, competitiva, en cada política pública. Hay prietitos en el arroz: señales de corrupción o amiguismo visibles. Presidente nacional del PAN dio línea a mujer candidata gobernadora, sin tocar base.

La cargada inició, descarada. En alcaldías replican actitudes facciosas. AMLO dijo ayer que está difícil ganarle al “conservadurismo” aquí. El PAN se la puede facilitar, si traiciona esencias democráticas. Las democracias requieren ciudadanas y ciudadanos en lucha permanente. ¿Puestos?

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