El ‘virus del camello’ mina a la selección de Francia

Doha, Qatar, 15 de diciembre de 2022.- A las puertas de la final del Mundial de Fútbol 2022 en Qatar, que este domingo enfrenta a Argentina y Francia, los ‘blues’ se ven amenazados por un virus que se ha colado en el evento deportivo y que ha estado expandiéndose a sus anchas. El nombre espanta: coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que tiene una tasa de mortalidad del 35% entre los infectados. Por eso, diversos países ya recomiendan seguir unas estrictas medidas de higiene y de distancia social.

La selección francesa podría tener a tres jugadores contagiados. Los dos más afectados son Upamecano y Rabiot, que ya no pudieron jugar ante Marruecos en semifinales -Rabiot incluso fue aislado en el hotel-. Pero, además, este jueves Didier Deschamps ha anunciado que hay otro más infectado: Kingsley Coman, que tampoco ha jugado este miércoles. «Coman también tuvo fiebre hoy [por este jueves] por la mañana».

El virus no es nuevo, se detectó por primera vez en Arabia Saudí en septiembre de 2012. Desde entonces y hasta el pasado mes de mayo, a la OMS le constan 2587 casos y 891 muertes. En otras palabras: este coronavirus mata al 35% de las personas infectadas. En esta línea, 27 países han notificado casos de MERS-CoV, tal y como se llama la enfermedad por sus siglas en inglés. De hecho, Europa no se libra de este coronavirus: Francia, Italia, Reino Unido, Países Bajos y Austria han reportado personas infectadas.

Las autoridades de Qatar han comunicado 28 casos y siete personas fallecidas. El último repunte, con una víctima mortal y una persona enferma, se produjo en el mes de mayo.

En todos los casos, hay un nexo en común: los infectados tuvieron contacto directo con dromedarios. En concreto, bebieron leche cruda de estos animales. De ahí que el síndrome respiratorio de Oriente Medio sea popularmente conocido como el ‘virus del camello‘.

Diferentes investigaciones y la propia OMS han confirmado que este coronavirus tiene una transmisión zoonótica. Es decir, de los animales a las personas. Los estudios han demostrado que los seres humanos se infectan a través del contacto directo o indirecto con dromedarios infectados, aunque todavía no se conoce bien la vía exacta de transmisión. Eso sí, tienen claro que el origen de la enfermedad está en los murciélagos.

«La transmisión de persona a persona es posible y ha tenido lugar predominantemente entre contactos directos y en entornos sanitarios. Fuera de ahí, la transmisión de persona a persona ha sido limitada», precisa la OMS.

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