Marycarmen Soria
El gobierno o los gobernantes son los responsables de administrar, generar leyes, normas, formular, aprobar, desarrollar, ejecutar, controlar y evaluar el Plan Estatal de Desarrollo, planes sectoriales, regionales y los programas que de éstos se deriven en un pueblo, comunidad o país, por eso es importante que ellos sean los primeros en cumplir con esas normas, para que los ciudadanos vean el ejemplo y crean en ellos, es ahí donde la conducta de algunos políticos los acerca o aleja de los ciudadanos.
Por eso no debe de causar molestia en el gobernante o político que los ciudadanos y medios de comunicación, cuestionen, exijan transparencia y rendición de cuentas; pero tal parece que no quieren asumir responsabilidades de ningún tipo, vemos la inseguridad al alza, la economía a la baja, personas desaparecidas y/o asesinadas, asaltos y bloqueos en carreteras, corrupción, obras que se caen, no se les da el uso correcto o quedan inconclusas, escasez de medicamentos, accidentes en el metro de la Ciudad de México, pueblos enteros sin gobierno y bajo el control de grupos delictivos, y mucho más que podría enumerar; a pesar de lo grave de la situación, varios gobernantes y políticos no asumen ninguna responsabilidad o autocritica, al contrario todo se ha convertido en una competencia de culpar a todos, antes que ser responsables y maduros.
Responsabilidad significa: responder, contestar, por los actos propios, dar las explicaciones oportunas en el debate político y asumir las consecuencias derivadas de esas explicaciones, como la dimisión, el cese, la pérdida del puesto en el gobierno o partido, además del desprestigio personal.
En principio, en el sistema jurídico mexicano, los partidos políticos pueden y deberían ser directamente responsables por actos de sus representantes, dirigentes y gobernantes que ganen a través de los votos que se generan en el partido, dejar de estar alejados de la sociedad y sus problemas en los tiempos en que no hay elecciones, dejar de pedir a los ciudadanos, organizaciones, activistas que se organicen, dediquen tiempo, dinero y esfuerzo personales para trabajar a favor de algún precandidato, sin cuestionar nada, sin asumir en su agenda las demandas de estos ciudadanos.
Ante esta cerrazón y cinismo de varios actores políticos es que la ciudadanía es apática, generando una crisis de gobernabilidad y de partidos políticos, poniendo en riesgo la democracia en nuestro país, en especial los sectores de jóvenes son los más alejados de la política, no solo se les criminaliza, no se les dan opciones de desarrollo, son las principales víctimas de la delincuencia y los más buscados por los grupos delictivos, no ven posibilidad de crecer en los partidos políticos con liderazgos que han permanecido en las dirigencias hasta más de 20 años, por ello no se ven representados y no votan.
En las próximas elecciones no solo veremos el encontronazo entre dos bloques políticos, sino que también veremos qué grande y delicado es el abstencionismo.
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