México, un Narco-Estado

Alejandro Lorenzini

El día de ayer finalizó el juicio de quien alguna vez fue el policía más importante del país, quien fue el encargado de brindar seguridad a la ciudadanía y combatir de manera frontal al crimen organizado, pero para desgracia de nuestro país, Genaro García Luna traicionó la confianza y responsabilidades que se le otorgaron.

Los cargos de los cuales fue declarado culpable son muy claros y lo que ello representa es brutal. El jefe de la policía durante el sexenio de Felipe Calderón traficaba cocaína hacia EUA, protegía y participaba activamente en la organización criminal más poderosa del país. Estos cargos son aún más graves cuando recordamos que fue durante ese sexenio cuando la llamada “Guerra contra el Narco” comenzó, bajo la excusa de que el crimen organizado estaba infiltrado en todos los ámbitos del gobierno y había que ser erradicado y fortalecer al Estado.

Hoy sabemos que aquella decisión desató una espiral de violencia que se ha ido acrecentando con los años y que hasta el día de hoy no se ha podido controlar y no se ve luz en el horizonte, y el hecho de que el encargado de liderar esa guerra haya sido cómplice, nos deja una sensación de abandono y de que las miles de muertes que hemos sufrido han sido totalmente en vano.

En la arena política, el más afectado con esta situación es Felipe Calderón, su legado, y también su partido. Él se ve afectado directamente ya que inevitablemente existen solo dos opciones, en el mejor de los casos, pecó de ingenuidad y de omisión al no estar enterado de que uno de sus más allegados estaba trabajando para el crimen organizado, o peor aún, sabía de todo ello y fue cómplice de colaborar. Su legado indudablemente queda manchado después de esto debido a que la bandera de su gobierno fue aquella supuesta lucha en la que hoy suena a palabras vacías. Y por último, el partido Acción Nacional se ve muy afectado ya que todo esto sucedió cuando el partido estaba en el poder. El PAN tiene que tomar una postura clara frente a esto, y replantearse cuál va a ser su postura en un futuro y cómo piensan remediar el daño ya hecho.

Hoy en día los mexicanos podríamos argumentar que efectivamente vivimos bajo un Narco-Estado, las pruebas están ahí y en la administración actual nada se ha hecho para cambiarlo, es innegable y está a la vista de todos que sigue habiendo complicidad entre cárteles y el gobierno y que gran parte del territorio nacional es gobernado de facto por grupos delictivos, y como siempre ha sido cuando todo se trata de una lucha de poder, los más afectados somos los ciudadanos.

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