Tufo dictatorial marxista en la 4T

Juan Miguel Alcántara Soria
López Obrador y “compañeros de viaje” desquiciados están ante la probabilidad de que Xóchitl Gálvez gane la presidencia de la República. El 11 de julio, Pablo Gómez, como titular de la UIF de Hacienda, y El Fisgón, secretario de formación de Morena, ex-trotskista, dieron plática a sus militantes (video en Google), refiriendo tesis de López Obrador: “Si no les funciona Xóchitl muy probablemente apuesten por la violencia”. Gómez completó: “ellos nos quieren pisotear”. No les basta la violencia verbal usual desde Palacio contra adversarios. Escalan nivel contra Xóchitl. ¿Quiénes son quienes apuestan por la violencia?¿Quiénes son “ellos”?¿Quiénes tienen el control de Fuerzas Armadas, Guardia Nacional, UIF, SAT, FGR, mayoría de gubernaturas?¿Quiénes pueden pisotear?
Yo conocí a Gómez en las elecciones de 1988, ambos candidatos a diputados federales por el distrito 39º, en Coyoacán, DF. Él por el Partido Socialista Unificado de México (venían del Partido Comunista Mexicano: Pablo, su esposa entonces, Elvira Concheiro Bórquez, hoy Tesorera de la Federación; el hermano, Luciano Concheiro, actual subsecretario de Educación Superior. Nepotismo familiar lucrativo hoy). Yo gané elección por el PAN, en elecciones que organizó Bartlett, secretario de gobernación, delincuente electoral; dirige CFE. El día del cómputo, fuera del Comité Distrital Electoral, Pablo me dijo: “cubriste bien todas las casillas, por muy buenos abogados”. Con Gómez fuimos diputados, él plurinominal, en esa legislatura, la 54ª, al iniciar Salinas de Gortari. Volvimos a coincidir en la 57ª, el segundo período de Zedillo. En esos tiempos pulsé sus reflejos y sus contradicciones, incluso al hablar de “violencia”, de “ustedes”, “nosotros”, o de “pisotear” adversarios; categorías propias del modelo marxista, expuestas a interpretaciones diversas. Revisémoslas.
El socialismo, como fenómeno histórico, se puede clasificar en: a) socialismo marxista y no marxista; b) revolucionario y reformista; c) totalitario y democrático. El marxista se subdivide en marxista-leninista, y no leninista; trotskista, estalinista, etc. (“Tesis y Actitudes Sociales”, E. González Morfin, Jus, 1975). El comunismo es socialismo-marxista-leninista, revolucionario (violento, no reformista), y totalitario (no sueltan el poder por las buenas. Cuba, Venezuela). Valida métodos violentos para el cambio de estructuras. Hay violencias: descubierta y encubierta (ésta la practican la UIF hoy). Rechazan violencia cuando les conviene, y la practican si conviene: sujeta a condiciones de oportunidad y de eficacia; dijo Lenin. Del partido comunista vienen Gómez y otros personeros de la 4t. Al repetir: “Si Xóchitl no les funciona muy probablemente (“ellos”) apuesten por la violencia”, validan condiciones de oportunidad: para “nosotros”, “pueblo bueno”, sí poder recurrir a ella. No tienen problema moral, ni con ley burguesa.
Al marxismo (que es crítica de la religión, crítica del derecho –“al diablo su ley y sus instituciones”-, y materialismo histórico, como lo estudió López Obrador 14 años, en la UNAM), Lenin lo corrigió, y agregó que la política tendrá el papel fundamental en los cambios, no la economía. Propuso un partido no de mayorías, sino de una minoría confesada y buscada: a la mayoría -masas proletarias- no le corresponde ser dirigente, sino ser dirigidos por revolucionarios profesionales de tiempo completo. Subordinan la acción política a la lucha de clases -odios interclasistas incluidos-, bajo la dirección de esa minoría, hoy enquistada. Su moralidad subordina todo a esta lucha de proletarios –pueblo bueno- contra burgueses, conservadores: ¡Nos quieren “pisotear”! gime Gómez, quien “se hace gusano”, no obstante ellos detentar el poder.
Gómez denunció en 2015 ante el Consejo del INE: “el uso del poder público a favor o en contra de cualquier partido político o candidato a cargo de elección popular”. Habló de mesura, respeto a valores democráticos, neutralidad, imparcialidad de los depositarios del poder público. Hipócrita, hoy preludia “pisotear” desde el poder público a sus adversarios. ¡A contener tufo!¡Sin odio y sin violencia entre mexicanos!¡Dentro de la ley!

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