¿Está el desarrollo Cultural en la agenda Estatal?

Vidal Berrones Murillo

Estamos en la segunda mitad del sexenio y no vemos claro alguna señal que indique el interés del estado, en el tema de la Cultura y su desarrollo.

No hay evidencia de Políticas Culturales y, lo peor, no se ve que el tema esté en la agenda y mucho menos una fecha probable para anunciar qué va a pasar en el corto plazo en el área de Cultura.

Recordemos a las políticas culturales, como el conjunto de guías del Estado, o de una organización, que sustentan, orientan y norman los límites generales dentro de los cuales se han de realizar las acciones para apoyar el cumplimiento de los objetivos institucionales.

Partiendo del entendido que dichas políticas deberán tener ciertas características indispensables para que la acción del estado rinda los frutos deseados; es decir que necesitan ser: Pertinentes, realistas, claras, inspiradoras, coherentes y consistentes, y agregaría con indicadores de medición y seguimiento.

¿Por qué es tan importante que aquí también se dé un golpe de timón? Las respuestas son varias: la comunidad artística esperaba mucho más apoyo a proyectos, los creadores no ven las anunciadas “puertas abiertas”, todos los funcionarios cuando se abren finalmente las puertas, su respuesta inmediata es no hay dinero, nos rebajaron el presupuesto…

Y la pregunta a quienes tienen esa importante responsabilidad de trabajar por el desarrollo cultural es… ¿y la gestión? ¿o acaso no son gestores culturales? Analicemos el pretexto de la burocracia. Querétaro también tuvo pandemia y es un estado que no es de las filas de Morena y también le recortaron el presupuesto; San Luis Potosí, Aguascalientes, Jalisco, Michoacán, etc.

El desarrollo cultural en esos estados es notable, y con muy buenos resultados en consumo cultural. Abundan los festivales, los encuentros, las convocatorias, los conciertos y, sobre todo, los apoyos a los creadores.

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre nuestro estado y nuestros vecinos? Muy simple, hay gestión, además hay interés y amor a sus entidades de parte de sus titulares de distintas áreas. Quienes toman las decisiones, incluso lo hacen consensuado con los involucrados, es decir la comunidad artística. No es la falta de apoyo, en la falta de gestión.

Visión y gestión no se han visto en estos años, mucho menos continuidad de proyectos que fueron exitosos de pasadas administraciones culturales y que por razones que no comprendemos se dejaron de aprovechar. ¿Qué pasó con el teatro comunitario? ¿Con el encuentro de guitarras, con Vive la magia en tu comunidad? ¿Y el circuito Positos? Me supongo que desde el helicóptero no se ve el descuido de las zonas arqueológicas. No hay un festival estatal que involucre a los municipios y sus comunidades, no se creó una escuela de Huapango en el noreste del estado, no abrió sus puertas un Museo de Arte Popular de Guanajuato, para que fuera el mayor escaparate de artesanos y creadores. ¿Cuántas orquestas, ensambles o coros se formaron? o por lo menos ¿a cuántos apoyaron para su creación?

El comentario más triste entre la comunidad artística es sobre los “funcionarios” de las principales áreas. Es un estado de 5 millones de habitantes y las cinco principales direcciones están ocupadas por personas de fuera de Guanajuato.

Los principales grupos que conforman la comunidad más importante de opinión que hay entre la producción y el consumo Cultural, ya esperan con ansias el término de la gestión, y lo que es preocupante, están a la espera de conocer las propuestas de diferentes partidos pues se está llegando al cansancio de la mínima oferta cultural. Además, estos colectivos de todo el estado son el enlace con los lectores, los públicos y la industria cultural.

Hoy no se ve que el proyecto «ayude a la reconstrucción del tejido social», la frase está bien como una buena intención, pero se está acabando el tiempo y no se ven resultados. ¿Cuáles son las características de los elegidos a los que se destinan los apoyos?

El tejido social en referencia ¿podría estar compuesto por las familias que día con día pierden algún integrante debido a la violencia que impera en el estado? Porque de ser así no habrá los recursos necesarios para la regeneración de tan mencionado tejido social, pues datos oficiales muestran que seguimos siendo el estado más violento del país.

Es urgente que, que a la brevedad nos comuniquen el golpe de timón en la cultura. Cuáles serán las políticas culturales que se aplicarán en esta recta final.

Hasta hoy vemos un mínimo avance, sin duda hay muchos pretextos, pero ¿y dónde quedó la experiencia y la información de tantos años al frente del sector cultural?

Los 46 Municipios, están tratando de evitar trabajar con la inercia del pasado, un trienio donde una pandemia truncó planes y proyectos, dicho de otra manera, están a la espera de ver el faro que les indique cómo llegar a buen puerto, ya que heredaron poca actividad y poco presupuesto y hoy no hay políticas culturales bien definidas… ¿Se está trabajando en ellas? Urge saberlo.

Seguimos escuchando a funcionarios, de los tres órdenes de gobierno, decir: “llevaremos la cultura a zonas marginadas, donde hoy habitan familias vulnerables…”

Y al respecto hay que decir que qué bueno que así se pretenda, pero, sin políticos preparados en el ámbito, y sin políticas culturales definidas, las nuevas generaciones, que ya son el presente de nuestro país, seguirán pensando que la cultura se transporta en camionetas o en calandrias jalada por caballos.

Los políticos deben diferenciar entre ejes de acción y políticas culturales; e igualmente saber diferenciar entre “llevar” la cultura o acercar los bienes y servicios culturales.

Las células culturales en los Municipios son las casas de cultura. Entonces, falta que se aplique un Plan de Desarrollo Cultural. Urge que se les indique hacia dónde direccionar los planes y proyectos municipales.

Lo más fácil y tradicional es el activismo cultural: Hacer y rehacer, repetir y multiplicar actividades para cumplir metas de las oficinas de innovación tanto municipales como estatales. Amén de que, fieles a la mala costumbre de la espectacular numeralia que satura los informes gubernamentales, se afanan en la cuantitativo y desatienden lo esencial, es decir, lo cualitativo.

Hay pues un gran reto que de hecho es una magnífica oportunidad. Guanajuato se lo merece, para poder mover a este país se requiere que las autoridades eleven con la gente el consumo de lo cultural.

Vidal Berrones Murillo

Promotor, provocador y gestor Cultural

vidalphotography@yahoo.com

Entradas recomendadas

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *