Marycarmen Soria
Cada día nos despertamos con alguna noticia que tiene que ver con violencia en diferentes partes de nuestro país; las primeras planas de la prensa nacional llegaron a abrir tres días seguidos con las llamas consumiendo negocios, gasolineras, camiones, pueblos rendidos a su poder y con muertos. Los múltiples ataques del crimen organizado nos toman por sorpresa y nos hacen víctimas indirectas y rehenes, al ser ciudadanos indefensos, y con gran desconfianza hacia las autoridades.
Nuestro enojo y decepción es hacia todas las autoridades, sin deslindar responsabilidades entre lo municipal, estatal o federal. Los delitos que son responsabilidad del gobierno federal son: Delitos contra la Salud, Narcomenudeo, Delincuencia Organizada, Delitos cometidos en Materia de Hidrocarburos, Armas de Fuego y Explosivos, entre muchos otros.
Los municipios están totalmente rebasados, ya que sus policías son solamente preventivas, cuentan con pocos policías, los cuales también están rebasados ante el poder de las armas, el número y organización de los criminales. Los ciudadanos nos volvemos moneda de cambio, mientras que se lanzan mensajes entre los grupos criminales y el gobierno.
Para comprender cómo se vive el terror de la violencia, tan solo hay que pensar que alguno de nosotros o de nuestros seres queridos esté comprando una pizza, o que están tratando de regresar a su casa después de trabajar, o a una tienda de alimentación, o a echar gasolina a su coche, o vuelve del trabajo en un autobús de la fábrica, cuando todo estalla y que en ese momento y lugar, se prende la mecha y empieza la violencia y entonces se vuelve un campo abierto para pasearse con bombas y rifles de asalto desatando el pánico y acribillando a gente a quemarropa, como si estuvieran en un videojuego.
El narco se ensaña contra la población porque puede hacerlo, hasta ahora no hay autoridad que lo detenga, mientras, los ciudadanos nos quedamos fríos, no hay zonas claras donde uno sepa que está a salvo.
La violencia en México se cobra 100 homicidios al día, miles de desaparecidos, mientras los políticos que no dan resultados, ni posiciones claras con respecto a la inseguridad, sí han manifestado que quieren ser candidatos a la presidencia, los partidos políticos, siguen sin asumir este problema con sus bancadas y en sus bases políticas.
Siguen queriendo gobernar, sin hacerlo, sin asumir responsabilidades, pero lo peor es que los ciudadanos tampoco nos unimos y organizamos para exigir resultados. Entonces, ¿Quién podrá ayudarnos?
Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!