Madres Buscadoras, un nuevo parto

Marycarmen Soria

En todo México como en Guanajuato, colectivos de Madres Buscadoras han reprochado al Presidente López Obrador que se ha negado a atenderlas en Palacio Nacional, a estas madres que están realizando el trabajo que el gobierno federal debería de hacer, es impresionante, estremecedor e indignante, escuchar de todas estas mujeres, esposas, hijas, hermanas, pero sobre todo madres, la desesperación y el dolor de buscar a sus hijos, el grito generalizado de “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, representa la demanda de miles de familias mexicanas que piden la búsqueda digna y la presentación con vida de sus seres queridos. Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador prefirió recibir la semana pasada a la presidenta y fundadora de las Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina, Estela de Carloto, en Palacio Nacional,

Miles de madres que su vida cambió por la incertidumbre, el duelo continuo y búsqueda incansable de sus hijos por ciudades, pueblos, carreteras, por todo el país, y es durante esta búsqueda que ellas son revictimizadas, cuando están ejerciendo sus derechos y exigiendo justicia. Durante esta búsqueda se encuentran con la discriminación, ineficiencia, pero sobre todo con la indiferencia por parte de dependencias y funcionarios públicos.

Pero si algo deben de aprender las Madres Buscadoras mexicanas, de este movimiento de las Madres de Plaza de Mayo, es que ellas, las madres de muertos y desaparecidos de la guerrilla, fueron por primera vez a la Plaza de Mayo, ubicada en el centro de la ciudad de Buenos Aires y frente a la Casa de Gobierno, conocida popularmente como la «Casa Rosada» – por el color de sus paredes – donde tiene su oficina el Presidente de la Nación para realizar marchas y exigir respuesta a sus demandas.

Tenían que caminar alrededor de la Plaza de Mayo porque estaba prohibido que se hicieran reuniones de más de cinco personas por el llamado «Estado de Sitio». Esta era una ley dictada por el gobierno militar. La ley decía que los grupos de gente que superaran esa cifra, tenían que separarse y retirarse de donde se encontraran. Si no lo hacían, la policía podía llevarlos a la cárcel.  Sin embargo, ellas ya no tenían nada que perder y crearon la asociación de Madres de Plaza de Mayo, para no luchar separadas, para sentirse unidas en el mismo dolor y en la misma exigencia de justicia.

Las Madres Mexicanas caminan todos los días por terrenos, carreteras, montes, cualquier lugar donde crean que pueden encontrar a sus hijos, todo con sus propios recursos, con sentimientos encontrados de dolor y miedo, que luego se transforma en coraje y amor para seguir adelante, en medio del abandono de las instituciones, del gobierno. Pero también pueden al igual que lo hicieron las Madres Argentinas, unirse porque las une el mismo dolor y la esperanza de encontrar a sus hijos, la misma indignación y miedo, unirse para llenar el zócalo y desbordar sus calles cercanas, para al igual que ellas hacer un ritual con un día y lugar establecido para manifestarse, marchar y seguir siendo visibles.

Las Madres de Argentina enfrentaron a los militares, a una dictadura, las Madres Mexicanas pueden enfrentar al gobierno y grupos que por obra y/u omisión han permitido que sus hijos desaparezcan, que su vida y familia se desmorone, ellas pueden gestar y dar luz a un nuevo México.

Entradas recomendadas

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *