Marycarmen Soria
Ha sido un proceso largo el que han recorrido los modelos democráticos para poder asegurar la participación de las mujeres, ha sido necesario cambiar la legislación para que instituyan y orienten el actuar del Estado y de las y los ciudadanos para que exista una democracia participativa, equitativa y justa.
En este sentido, los derechos político-electorales han sido la columna vertebral de la democracia, pues han definido los mecanismos y alcances de la participación ciudadana y en especial de las mujeres mexicanas, quienes lograron el derecho al voto hasta 1953.
Todavía hay aspectos relevantes que pueden fomentar o en su defecto dificultar la participación activa de las mujeres, se pueden señalar dos aspectos, uno es la violencia política que han vivido especialmente en los espacios de elección popular, lo que ha dificultado su acceso a puestos de toma de decisiones, su participación siempre fortalecerá la democracia y a la sociedad en general.
En una sociedad donde más de la mitad de sus integrantes son mujeres, el reconocimiento de su participación en igual proporción, como mínimo, es incuestionable para que las autoridades sean representativas, por ello no es de sorprender que hoy estemos por comenzar las campañas electorales donde por primera vez a nivel federal y estatal se elegirá a una mujer presidenta y una mujer Gobernadora de Guanajuato.
Sin embargo, a pesar de reconocer que la participación de las mujeres en cargos públicos permite contar con la diversidad necesaria, desarrollar políticas incluyentes y promover la participación de talento femenino en las nuevas generaciones, todavía falta mucho por hacer en los niveles locales, en las elecciones municipales.
En algunos municipios todavía falta fortalecer el reconocimiento público para el liderazgo de mujeres como agentes de cambio y posicionarlas como fuerzas impulsoras en el establecimiento de la agenda pública y la responsabilidad política.
Se ha avanzado mucho, pero falta mucho más por recorrer, esta elección donde las mujeres están compitiendo por cargos más fuertes, será un parteaguas para ver qué tanto las mujeres apoyan y votan a las mujeres, que en todo el país se sienta, se vea, se escuche a la mujer, pero sobre todo que su participación se convierta en un ejemplo para la nuevas generaciones.
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