Rolando Daza
Apunte:
¿Es posible que el Papa Francisco sea seguidor de Donald Trump? Así se difundió en Facebook durante las elecciones presidenciales de EUA del 2016. Noticias falsas como ésta se propagan rápidamente en Redes Sociales en tiempo de elecciones. Una expansión que se realiza utilizando robots (bots).
En nuestro contexto, las elecciones en nuestro país se juegan también en las Redes Sociales. El ecosistema de las RS es un sistema que evoluciona a una velocidad apresurada. Una tendencia preocupante, muy utilizada por la presidencia de la república y ahora por los partidos políticos, es la difusión de mensajes por medio de robots. Se trata de cuentas automatizadas, cada vez más sofisticadas, en gran medida gracias a los avances en inteligencia artificial (IA).
Los bots son sistemas computacionales diseñados para automatizar tareas, generalmente simulando el comportamiento de un ser humano en línea. Estos sistemas operan de forma autónoma, atendiendo una programación predefinida ante diversos escenarios posibles. Son capaces de ejecutar tareas repetitivas de forma rápida y continua con una mínima interacción humana.
Se diseñan campañas que engañan a los usuarios de las RS haciéndose pasar por organizaciones. Diversas empresas han sido utilizadas para este tipo de campañas, infectando a miles de usuarios a través de estos tipos de mensajes.
Los bots son capaces de crear y propagar información falsa, tanto para campañas de spam como para manipular la opinión pública. También crean redes de bots para seguir, dar “me gusta”, responder o compartir información que uno de los bots o cualquier otro usuario haya publicado, siempre con el objetivo de amplificar el impacto dentro de la RS.
Con la irrupción de la IA ha aumentado significativamente la potencialidad de estos bots en las campañas para envolver a los votantes o usuarios de las RS. Estas tecnologías han permitido a los bots crear texto, imágenes y vídeos de alta calidad más convincentes y parecidos a lo que cualquier usuario real crearía. Pueden diseñar respuestas personalizadas, continuar conversaciones e incluso adaptar el comportamiento.
Todos estos atributos hacen que la RS y los bots sean herramientas muy útiles para tareas legítimas como por ejemplo servicios de atención al cliente, aprendizaje de idiomas o asistentes virtuales. Duolingo, OK Google o Siri pertenecen a este tipo de tecnologías. Pero esa potencialidad causa el incremento de bots con objetivos propagandísticos que, en el caso de las RS, afectan la experiencia del usuario.
Los creadores de bots sociales o políticos transforman sus tácticas, lo que convierte su detección en una carrera continua. Además, resulta difícil obtener conjuntos de datos confiables de bots reales para prevenir la difusión falsa de información. La investigación sobre la detección de bots sigue siendo vital. A medida que aumenta la sofisticación de los bots, también deben hacerlo las herramientas desarrolladas para descubrirlos. Proteger la integridad de la información en línea, el discurso social y el uso propagandístico depende de ello.
Por lo pronto, y pecando de inocente, es necesario educar a los usuarios, a la sociedad en un uso adecuado y responsable de estos espacios y recursos. Conciencia, formación e investigación deben ser prioritarios sobre los que se debe trabajar para evitar la ocupación total de las RS por los robots, más en estos tiempos de elecciones.
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