Juan Miguel Alcántara Soria
“Des-madre”: salir de matriz, de madre, del cauce. Ir sin medida o contención. Conducir sin respeto; sin dignidad. Palabra descriptiva de lo que el 20 de enero comenzó, y a escala mundial. Trump tomó, una vez más, volante de la presidencia de Estados Unidos. Y lleva de copilotos varios de los más ricos e insolidarios del mundo, como Elon Musk. Resueltos a no contenerse ante consideración legal, ética, humanitaria alguna. Viéndose el ombligo, egocéntricos; nacionalismo exacerbado, dosis de xenofobia; ultraderechas arrogantes. Desde el primer momento amenazó a Canadá, México; Panamá, Groenlandia-Noruega; también a sus antiguos aliados de Europa. Los ya nacidos jodidos del mundo, no importan. Los migrantes desesperados buscando oportunidades de vida digna, al carajo. Se habla de un “nuevo orden mundial”, pero lo que se ve es solo inicio de destrucción del “orden” que se reconfiguró a la caída del muro de Berlín y del bloque soviético. El mundo es su botín. Y anuncian van por Marte para sí mismos.
El orden social, para serlo, debe ser un orden de justicia, de dimensión ética: que dé a cada uno lo suyo, incluyendo al bien común -familiar, empresarial, nacional o internacional-. Por experiencia, todos interdependemos desde casa, barrio, ciudad, país. En círculos concéntricos. Los países interdependen de hecho. Y como deber moral y jurídico, de ser internacionalmente solidarios para el bien, la supervivencia y el progreso. “El bien común del género humano es valor determinante, razón de ser y justificación de la vida internacional. El conjunto de condiciones supranacionales estáticas y dinámicas, de orden político, económico, social y cultural, que permiten y favorecen el desarrollo de los países y de sus elementos personales y sociales es el bien común de la humanidad”.
Trump y compinches olvidan que todos quienes conforman el género humano son de la misma naturaleza. Que es igual, para todos, el conjunto de medios para la supervivencia y el progreso; tienen las mismas necesidades básicas, y son titulares de los mismos derechos humanos fundamentales. No se vale desconocer la existencia de factores de conflicto y destrucción en la naturaleza de los seres humanos; ello genera esperanzas falsas que conducen a regímenes totalitarios.
El mundo sigue expuesto a actuaciones abusivas unilaterales, como la trumpista. El conocimiento recíproco y la cooperación pacífica en el ámbito internacional incluyen la falta de solidaridad, armamentismo, expansionismo, delincuencia y terrorismo. El escalar de estos problemas obliga a afirmar que “la conciencia de la especie debe tener prioridad sobre la conciencia de clase y sobre la conciencia nacional” A. Peccei.
Frente a Trump, la obispa episcopal Mariann Bude pidió piedad para migrantes y grupos vulnerables. Trump la acusó de “radical de izquierda”. La Pastoral de los Obispos Estadunidenses, de junio de 1983 ilumina: “Pretender que en cuanto nación hemos vivido a la altura de todos nuestros ideales sería manifiestamente deshonesto… es imperativo mirar de frente la realidad. Los hechos no permiten las odiosas comparaciones hechas a veces, incluso en nuestra propia sociedad, entre nuestra manera de vivir, en la que muchos derechos humanos fundamentales son reconocidos y no siempre sostenidos como se debe… La promoción de los derechos humanos en nuestra política exterior y en nuestra política interior es tanto más importante. Es la piedra de toque de nuestro compromiso a favor de nuestros valores democráticos. Así, todo esfuerzo que tiende a justificar un apoyo a regímenes que violan los derechos humanos es más condenable en su hipocresía… Los hombres libres deben siempre pagar un precio proporcionado y correr ciertos riesgos con toda responsabilidad para preservar sus libertades”.
México arrastra el desmadre de López Obrador acelerado por su subpresidenta. Abusivos. Y piden unidad nacional ante Trump provocador. El llamado es atendible si contienen la destrucción institucional (pausar la reforma judicial), sustituyen monólogo por diálogo respetuoso de la pluralidad del país, y privilegian el interés nacional sobre los de la 4t, sin hipocresías. Conducirse con respeto, en cauce. Tener madre. Es condición propicia.