CONTACTO AL MINUTO

Rolando Daza

AMLO no va a la cumbre. Este hecho, sin lugar a duda, le dará puntos al presidente mexicano en el intento de consolidar su liderazgo de diversos gobiernos de izquierda en la región.

Pero, además, hay otro objetivo político de esa actitud y es de carácter interno.

AMLO sabe que la población mexicana tiene fuertes inclinaciones nacionalistas y que es muy probable que obtenga un respaldo creciente al dar la impresión de que se está enfrentando al gobierno de Biden.

No importa que con el gobierno de Trump haya cedido a casi todo cuanto se le impuso, al grado de que el propio ex presidente norteamericano ironizó respecto a la forma en la que “dobló” al gobierno mexicano.

Al hecho de que la Guardia Nacional se haya convertido en el auténtico muro fronterizo de Trump no le concedió más relevancia, pero ahora López Obrador se asume como defensor de la dignidad y de la soberanía.

Hay quien piensa que todo este jaleo no es otra cosa que simples fuegos artificiales de las dos partes y que se trata de un asunto sin mayor relevancia.

Me temo que no es así.

Se trata de un desencuentro más de varios que ya ha tenido el gobierno mexicano con el de Biden. Y desde luego que tendrá consecuencias para las dos partes y principalmente a nuestro país.

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