Rolando Daza
Apunte:
En los últimos dos años, la economía del país se ha sustentado en las fuertes inversiones que ha hecho el gobierno federal en sus grandes obras, en el nearshoring, el sector manufacturero, el turismo y las remesas. Este desempeño en el 2024 puede verse afectado por factores internos y externos económicos y políticos.
Se espera que las tasas de interés bajen tanto en México como en Estados Unidos, no hay certeza de cuándo vaya a suceder. Dinero caro por bastantes meses todavía parece ser el escenario más probable.
La política hará presencia en la economía con los procesos electorales. Las elecciones, por la competencia que se genera, por lo regular, son muy inciertas. En nuestro caso, la elección presidencial es un tema, también sumemos la de gobernadores, como en Guanajuato, y la composición de las dos cámaras del Congreso, que puede influir fuertemente en los escenarios de mediano plazo y traer incertidumbre en este mismo año.
En Estados Unidos se ya respira un ambiente muy complejo. Trump seguramente ganará las primarias del Partido Republicano, sin embargo, los procesos legales en su contra van a generar una incertidumbre sobre las elecciones que pueden traer una situación inédita en la elección de noviembre. No olvidemos el factor de los refugiados.
Un factor que también debemos considerar en nuestra economía es el nearshoring. Podría ser que sí se estuviera expresando en el crecimiento extraordinario de la inversión fija bruta, que en los primeros nueve meses del 2023 creció a un ritmo de 19%.
Si las inversiones asociadas al nearshoring se concretan de manera efectiva, se observará un muy buen desempeño de la inversión y quizás un crecimiento económico superior al previsto.
Asimismo, no podemos dejar de observar la situación mundial. La invasión de Rusia a Ucrania no ha terminado. Y en el año que concluyó, vimos el estallido de otra guerra: un ataque terrorista de Hamás a Israel que dio lugar a la invasión de este país a Gaza. En los dos conflictos no se prevé un desenlace cercano y las consecuencias son imprevisibles.
En la situación que algún país musulmán responda al ataque de Israel con algún atentado terrorista fuera de la zona de conflicto, podría desencadenar un mayor impacto o el involucramiento de terceros países y se regionalizará la guerra.
Un elemento más que puede influir en nuestra economía es el desarrollo de la tecnología. Se popularizó el Chat-GPT y desarrollos basados en la inteligencia artificial generativa. No sabemos qué alcance vayan a tener y tampoco la rapidez con la que habrá de difundirse. Sí se puede anticipar que evolucionará la forma en que nos relacionamos, así como el modo en el que trabajamos.
Otro elemento son las energías limpias. El abaratamiento de la generación de energía renovable quizás acelere la transición y cambie las ecuaciones del poder a nivel global, pero tampoco está claro el plazo en el que esto habrá de suceder.
Así, en nuestra economía influyen diversos factores, no dejemos de observarlos, seamos más humildes, más productivos y dejemos la arrogancia e ignorancia.
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