Rolando Daza
Apunte:
En comentarios anteriores de Contacto al Minuto, expresábamos la grave situación de la falta de agua y las consecuencias que traerá para nuestro estado y nuestro país. Se ha señalado la falta de iniciativas de nuestros gobiernos, federal, estatal y municipal, para optimizar el uso del vital líquido.
Desde hace años observamos alertas sobre la amenaza de la falta de alimentos en el futuro a consecuencia del incremento de la población, el cambio climático, la falta de espacio para los cultivos y la sobreexplotación del agua. Ya se buscan alternativas para aumentar la producción de alimentos y lograr que cumplan con criterios de sostenibilidad y con alto valor nutricional.
Una alternativa es la agricultura vertical, muy eficiente. En este sistema de producción de plantas los factores de crecimiento -la luz, la temperatura, la humedad, la concentración de dióxido de carbono, el agua y los nutrientes- se controlan con precisión para generar productos frescos de alta calidad durante todo el año. Sin depender de la luz solar y otras condiciones exteriores (lluvia, sequía, frío, calor, nieve).
El sistema de agricultura vertical no es nuevo. Este sistema se remonta al año 600 a.C. con la construcción de los Jardines Colgantes de Babilonia, en cuya estructura gobernaba la optimización de los recursos naturales y el aprovechamiento de los espacios urbanos.
Ha evolucionado mucho. Al principio, el objetivo de la producción en interior era solo proteger las plantas de la meteorología adversa, así como para la protección frente a plagas y enfermedades. A lo largo de los últimos años, la agricultura vertical ha cambiado y mejorado su estructura, su funcionamiento y sus objetivos.
Actualmente, algunos de los principales objetivos de este sistema de producción son usar los recursos naturales de forma más eficiente, maximizar el crecimiento de las plantas. Guanajuato tiene una amplia experiencia en el aprovechamiento de invernaderos, no en los verticales.
Las ventajas del uso de la agricultura vertical respecto a la tradicional no son solo productivas. Se ha demostrado, además, beneficios económicos, sociales y ambientales. Entre ellos se encuentran: La reducción del transporte de alimentos. La reducción del consumo de agua y fertilizante con el uso de técnicas de recirculación. La creación de empleos locales.
También, la reducción o eliminación de pesticidas y herbicidas. La nula pérdida de producción ocasionada por inundaciones, sequías, huracanes y los cambios de estación.
Además, el uso y aprovechamiento de energías renovables. La reutilización de edificios o aprovechamiento de los mismos en los centros de grandes ciudades. El reducido espacio y la poca cantidad de suelo o sustrato necesarios permiten optar por medios de cultivo más sostenibles e innovadores.
Aunque la iluminación no entraba en los objetivos prioritarios para la producción en interior, se fue integrando por las necesidades de la propia estructura y de las plantas. Con ello, se fueron modificando y desarrollando nuevos sistemas de iluminación que fueran más eficientes energética y económicamente.
Las lámparas LED, las más utilizadas en este sistema, son más amigables con el medio ambiente por su eficiencia energética y por sus beneficios agrícolas demostrados. Estas lámparas emiten luz cuando la corriente se activa y pueden ser modificadas para que emitan el color del espectro electromagnético deseado: rojo, verde, azul, blanco, naranja, amarillo, violeta. Modificar el tono de la luz proporciona beneficios variados, desde productivos hasta protectores frente a plagas y enfermedades, evitando así la aplicación de productos contaminantes.
La hidroponía es la técnica de cultivo más común en la agricultura vertical, por facilidad de manejo y también por la disponibilidad de agua y nutrientes en el cultivo durante el ciclo de producción. Este método ha ido ganando importancia como medio de cultivo, ya que supone un ahorro de agua y nutrientes de más de un 90% por ciclo productivo.
Actualmente, los países con mayor implantación de la agricultura vertical (60% del total mundial) son los asiáticos (China, Japón y Corea del Sur), que apuestan por una agricultura más tecnificada, más eficiente y sostenible. En Europa, el número y el tamaño de las granjas verticales son pequeños, si bien en los últimos años han experimentado una rápida expansión.
El precio de costo de los productos de la agricultura vertical es relativamente alto, su valor agregado también debe ser alto para que sean rentables. Este valor añadido puede generarse mediante un mejor producto y una buena mercadotecnia. Esta es una alternativa para el problema del agua que muy pronto se sentirá en forma extrema en Guanajuato y las ciudades del estado. Una solución para mejorar los productos alimentarios y el acceso a alimentos frescos incluso cuando existan problemas de suministro de agua.
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