Este martes, Corea del Norte llevó a cabo explosiones en varias secciones de carreteras y líneas ferroviarias que conectaban con Corea del Sur. Estas infraestructuras, situadas en la parte norte de la frontera altamente militarizada, fueron construidas en el pasado con la esperanza de una futura reunificación, aunque nunca se llegaron a abrir al tráfico.
Tensión en Aumento y Acusaciones Mutuas
El incidente ocurrió en un contexto de creciente tensión, con acusaciones recíprocas entre ambos países. Corea del Norte había anunciado días antes su intención de destruir estas carreteras para «separar completamente» a las dos naciones y acusó al Sur de utilizar drones para difundir propaganda sobre su territorio.
Kim Yo Jong, hermana del líder Kim Jong-un, advirtió sobre posibles represalias, afirmando que el Sur «pagará un alto precio» por las supuestas incursiones aéreas. El gobierno surcoreano, por su parte, no ha confirmado si los drones fueron enviados por ellos o por organizaciones civiles.
Renuncia a la Reunificación Pacífica
Con la destrucción de estas vías de comunicación, Kim Jong-un reafirmó su alejamiento del ideal de una reunificación pacífica, un objetivo que sus predecesores, Kim Il-sung y Kim Jong-Il, habían defendido con fervor. Las explosiones afectaron diversas secciones de las rutas que fueron construidas durante períodos de acercamiento entre ambos países.
Imágenes del ejército surcoreano mostraron columnas de humo tras las detonaciones en Kaesong, al oeste de la línea de demarcación, así como excavadoras y camiones militares norcoreanos trabajando en la zona bajo la supervisión de oficiales.
Estrategia de Aislamiento
Esta acción se enmarca en la estrategia del régimen de Kim Jong-un para cortar los escasos vínculos restantes con Corea del Sur y fortalecer sus defensas fronterizas. La semana pasada, Pyongyang había advertido sobre la destrucción de las rutas intercoreanas como parte de su nuevo enfoque, que busca consolidar un sistema de «dos Estados».
Esto representa, por primera vez desde la fundación de Corea del Norte en 1948, una renuncia oficial al objetivo de reunificación de la península. Los medios estatales norcoreanos sostienen que Corea del Sur se ha convertido en un enemigo hostil.
Respuesta del Sur y Condena
En respuesta a las explosiones, las Fuerzas Armadas de Corea del Sur emitieron disparos de advertencia cerca de la línea de demarcación militar, aunque no se reportaron daños en su territorio. El Ministerio de Unificación de Corea del Sur condenó la destrucción de las infraestructuras como una «medida altamente anormal» y un retroceso en los acuerdos intercoreanos.
“Es deplorable que Corea del Norte continúe con este comportamiento regresivo”, declaró el portavoz del Ministerio, Koo Byoung-sam. Además, Seúl recordó que las infraestructuras destruidas, como las rutas de la Línea Gyeongui y la Línea Donghae, fueron financiadas con recursos surcoreanos.
Evaluación de Respuestas Legales
El gobierno surcoreano sigue evaluando posibles respuestas legales y diplomáticas ante esta violación de los acuerdos intercoreanos. Asimismo, la provincia de Gyeonggi, fronteriza con el Norte, anunció el despliegue de fuerzas policiales especiales para controlar el envío de panfletos hacia Corea del Norte, una práctica que ha aumentado las tensiones en los últimos años.
Un Cambio de Estrategia
Ambas Coreas permanecen en estado técnico de guerra desde el conflicto de Corea (1950-1953), que concluyó con un armisticio, pero sin un tratado de paz definitivo. Durante una etapa de acercamiento en la década de 2000, se reabrieron carreteras y líneas ferroviarias como la Línea Gyeongui y la Línea Donghae, que generaron esperanzas de reconciliación, aunque nunca se tradujeron en una apertura real de la frontera.
La destrucción reciente de las infraestructuras se considera una escalada dentro de un patrón recurrente en el comportamiento de Corea del Norte. En 2020, el régimen voló la oficina de enlace intercoreana, construida con fondos surcoreanos, tras el estancamiento de las negociaciones nucleares con EE. UU.
Cambio de Enfoque del Régimen
Kim Jong-un sorprendió a la comunidad internacional a principios de este año al declarar que la reunificación ya no era un objetivo y que Corea del Sur sería considerada un enemigo permanente. Expertos opinan que este cambio de estrategia refleja un enfoque renovado en consolidar su poder interno y buscar negociaciones bilaterales directas con Estados Unidos, relegando a Seúl a un segundo plano.
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