El fantasma de la crisis bancaria

Marycarmen Soria

Desde el 2020 se ha venido diciendo en varios medios que detrás de la pandemia venía una crisis financiera mundial, desde luego, los directivos de los bancos centrales y privados, y las autoridades del ramo afirman que eso no sucederá. Sin embargo, hasta el día de hoy, las cosas siguen empeorando y las malas noticias se acumulan.

Es probable que la crisis se detenga en algún momento gracias a las acciones que se están tomando, básicamente inyectar dinero a los bancos: una cantidad importante proviene de recursos públicos, sobre todo en Estados Unidos, y otra de los bancos privados más importantes que han “comprado” las deudas y acciones de los bancos en desgracia.

Esta información que se contradice hace que tanto los inversionistas y los ahorradores vean inseguro el futuro, muchos han experimentado crisis anteriores, particularmente la de 2007-2008, se hace presente otra vez. Y es que, en efecto, Cajas de Ahorro y SOFIPOS y bancos del sistema financiero global están llenos de sombras, de problemas ocultos que salen a flote cuando ya es tarde.

Cuando los ahorradores e inversionistas sienten miedo lo primero que hacen es sacar el dinero de esas instituciones, aunado al aumento de cartera vencida, lo cual propicia las quiebras. Se crea así una espiral que difícilmente se detiene. Los mensajes de las autoridades intentan frenar, principalmente, la desconfianza, para evitar que los inversionistas y ahorradores no muevan sus capitales y se queden tranquilos, es decir, que no hagan nada.

La posibilidad de que se realicen nuevas medidas de rescate es alta. Si algo aprendimos de la crisis financiera de 2008 es que los bancos y los reguladores necesitan y deben adelantarse a los problemas antes de que sea demasiado tarde, cuando caiga la producción y aumente el desempleo.

Lo que queda claro es que los bancos privados y, en general, el sistema financiero mundial, sigue tan opaco y vulnerable como ¿Cuántos bancos nos “sorprenderán” ahora revelando sus debilidades para pedir ayuda de los gobiernos? ¿Podría ser el caso de Citibanamex que no logra encontrar un comprador? Preguntas que, por lo pronto, no tienen respuesta.

Si esto pasa con los bancos, entonces el panorama para las miles de Cajas de Ahorro que hay por todo nuestro país es aún más delicado y desesperanzador, aunado a que las autoridades federales no alcanzan a supervisar a todas, y que el Fideicomiso FIPAGO que rescataba a los ahorradores de Cajas que quebraron desapareció junto con otros fideicomisos.

En nuestro estado de Guanajuato, en la ciudad de Dolores Hidalgo Cuna de la Independencia Nacional, todavía no nos reponemos de la quiebra de Caja Progresa y de la SOFIPO REFORMA, cuando ya tenemos encima este otro fantasma, son dos ejemplos que deberían servir a nivel nacional, para que ahorradores y gobierno aprendan de ellos.

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