La esperanza se ha ido

Marycarmen Soria

El pasado domingo, durante las votaciones rumbo al Congreso Nacional del partido político de MORENA, la esperanza de muchos mexicanos se acabó, al ver que todos los vicios y prácticas políticas que se criticaron durante mucho tiempo al PRD y al PRI, no solo se vieron reproducidas, sino hasta corregidas y aumentadas. La esperanza de que fueran diferentes, se esfumó.

Los partidos tienen dirigencias en las que es normal un cierto nivel de discordia o puntos contrarios sobre su conformación y de la competencia entre sus liderazgos que debería ser sana, pero el grado de riña y su exhibición, los hace aparecer como incapaces de autorregularse, como consecuencia de la nula o pobre institucionalización.

La esperanza que nunca fue, la esperanza que fue una desilusión para los millones de ciudadanos que querían un partido diferente, democrático, con liderazgos fuertes, siempre quisieron ser parte de ello, pero los obligaron a ser como los corruptos y violentos que más les molestaba, están confundidos y entre su desesperación algunos optan por quedarse callados, ante el dolor que causa el aceptar que los defraudaron una vez más.

Algunos líderes ya se han pronunciado en contra de estas acciones y han dicho que no hay “piso parejo” para la contienda interna, mencionan que se ha producido “la exclusión de fundadores, de militantes y simpatizantes simplemente por el criterio arbitrario de las dirigencias”.

Los estatutos de Morena, de hecho, ya han sido impugnados antes incluso de empezar la contienda. El Tribunal Electoral falló este viernes que debía revisarse la cuota de género en la distribución de candidaturas y clarificarse las condiciones para formar parte del padrón de afiliados.

Lamentablemente esto ya no para, hay señales que pronostican más tormentas, solo queda esperar a ver si MORENA podrá pasar esta difícil etapa y lograr consolidarse rumbo al 2024 o empezará una desbandada.

Ante los ojos de sus opositores, que tampoco son partidos unidos y democráticos, que también están alejados de los problemas de la gente y la realidad del país y que no han sabido aprovechar la situación del partido en el gobierno.

La esperanza de que en México haya partidos que nos representen a los mexicanos y tengan liderazgos fuertes, con capacidad y cercanía a la gente, nomás no se ve, y solo nos quedemos con la frustración e impotencia de una esperanza que nunca fue.

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