Multitudes protestan en EE. UU. contra políticas migratorias de la administración Trump
El pasado sábado, se llevaron a cabo masivas manifestaciones en diversas ciudades de Estados Unidos, bajo el lema “No Kings,” con el objetivo de expresar el descontento hacia la administración del presidente Trump. Estas manifestaciones, que se desarrollaron en más de 2,100 ciudades desde Nueva York hasta Los Ángeles, congregaron a un número significativo de participantes que abogaron por los derechos democráticos y de los inmigrantes.
Según un destacado activista, miles de personas de diversas etnias y orígenes se unieron en esta causa, mostrando un fuerte respaldo hacia la comunidad inmigrante. El evento fue impulsado, en parte, por un operativo reciente en Los Ángeles, donde oficiales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) arrestaron a inmigrantes que se presentaban para trámites migratorios, generando controversia y conmoción entre la población.
Las acciones de ICE han intensificado un ambiente de miedo entre las comunidades migrantes, afectando su vida diaria. Muchos han optado por mantenerse alejados de las calles, las escuelas y sus trabajos debido a la preocupación por posibles redadas.
Las protestas son parte de un movimiento más amplio conocido como el “verano de la resistencia.” Los organizadores han afirmado que, a pesar de evaluar el impacto de las manifestaciones recientes, están decididos a continuar con sus acciones hasta que se reconozcan y se respeten los derechos de los inmigrantes.
En este contexto, líderes y activistas han observado la magnitud y el impacto de estas movilizaciones. En Nueva Jersey, por ejemplo, se destacó la participación de un amplio espectro demográfico en las protestas, con un llamativo apoyo de individuos de diferentes orígenes. Las convocatorias se llevaron a cabo mayormente de manera pacífica, aunque en algunos momentos se presentó tensión.
La continua realización de redadas migratorias ha dejado a muchas familias en un estado de alerta permanente, con ciudadanos expresando su descontento y preocupación sobre la vulnerabilidad de sus seres queridos. Activistas han subrayado una significativa alteración en la vida cotidiana de la comunidad, que ha modificado sus hábitos para adaptarse al nuevo clima de inseguridad, reafirmando su determinación de seguir resistiendo a pesar de las adversidades.