Si ya saben cómo son para qué los votamos

Marycarmen Soria

La crisis jurídica que se generó en Nuevo León con dos gobernadores que reclaman el puesto, es un hecho que se debe de analizar muy seriamente, por lo pronto se ha dejado en claro que gobernar es algo muy serio, se tiene que estar preparado al menos en lo básico, rodearse de la gente correcta y que sean expertos en los temas legales y de gobernabilidad.

No basta ser popular, tener seguidores en las redes, caminar con ropa de marca y tenis de colores fosforescentes, ya que está en juego las reglas de mínima convivencia y gobernabilidad, los diversos trámites gubernamentales, las acciones de gobierno en materia económica y de salud que se realizan día a día, entre muchas otras cosas, y sobre todo la seguridad de los ciudadanos de Nuevo León.

Una serie de acciones y decisiones de Samuel García fueron las que ocasionaron esta crisis de ingobernabilidad, faltó a su palabra empeñada en la campaña a gobernador de gobernar sus seis años y no buscar la candidatura a la Presidencia de la República, solicitar licencia de manera presionada en tiempos para registrarse como precandidato por Movimiento Ciudadano como aspirante a la presidencia de la República.

Una parte del conflicto en la entidad se originó debido a que en la solicitud de licencia que presentó, García hace referencia al artículo 121 de la Constitución Política de Nuevo León en la cual indica que el secretario general de Gobierno es quien se quedará al frente del Ejecutivo durante la ausencia del gobernador.

Sin embargo, el artículo menciona que esto solo aplica cuando el gobernador pide una licencia de 30 días y debido a que la solicitud era por seis meses, el artículo 122 de la misma Constitución establecía como facultad del Congreso local nombrar al nuevo gobernador interino. Fue así como surgió la disputa entre Javier Navarro y Luis Enrique Orozco.

Samuel García hoy regresa a intentar gobernar Nuevo León, con una imagen desgastada, sin autoridad moral, abandonado por los líderes de su partido político, demostrando que no pudo ni siquiera hacer de manera correcta una licencia, menos podría gobernar un país con muchos problemas, sobre todo en seguridad, y con los rumores de que su  candidatura  era una simulación para ayudarle a la candidata oficialista, Claudia Sheinbaum, que era una candidatura negociada, terminando como coloquialmente se dice “colgó los tenis, fosfo fosfo”.

No se calculó la profundidad del conflicto con el PRI y el PAN en Nuevo León. Tampoco parece haber existido información de calidad que advirtiera la magnitud del conflicto, y creo que de ahora en adelante seguiremos viendo cosas nuevas, que nadie dé por hecho nada, que la política y el gobernar necesita de políticos, dirigentes, gobernantes, legisladores y magistrados, preparados, éticos, con valores, claridad en sus objetivos, con respeto de las leyes y reglas, pero de la mano con ciudadanos empoderados, informados que vean y analicen las actuaciones de quienes buscan estos cargos para estar en condiciones de votarlos, sobre todo ahora que muchos buscan la reelección, debemos asumir los ciudadanos un protagonismo real, al final nosotros asumimos las consecuencias de sus decisiones cuando están en el gobierno, por ellos, si ya sabemos cómo son, para qué los votamos.

Entradas recomendadas

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *