La agencia espacial Roscosmos se encuentra investigando la intrigante fuga de refrigerantes en la nave espacial Soyuz que provocó temor a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés).
Aquel jueves, los cosmonautas encargados para una caminata espacial tuvieron que cancelar su misión de rutina, mientras que los entes encargados iniciaron el estudio del problema. Hasta la fecha, no hay riesgo para los científicos en órbita, pero es posible que su regreso a la Tierra demore más de lo previsto.
Este domingo, Roscosmos anunció que el brazo robótico SSRMS (Canadarm2) de la agencia espacial canadiense se encargará de inspeccionar a la Soyuz.
Los resultados serán transmitidos a la Tierra este lunes, señala la agencia.
El SSRMS es un brazo de 17 metros de largo que realiza tareas de mantenimiento, transporta suministros y agarra vehículos a la estación espacial.
Tanto la causa de la fuga como su gravedad siguen siendo inciertas. Las observaciones de Canadarm2 están destinadas a aumentar las realizadas horas después de la fuga por el brazo robótico europeo adjunto al módulo Nauka en el segmento ruso de la estación. Según los informes, esas observaciones no fueron concluyentes para identificar la fuente de la fuga.
Roscosmos dijo que los cosmonautas Sergey Prokopyev, Dmitry Petelin y Anna Kikina estaban disfrutando de un día de descanso en la Estación Espacial Internacional y luego verían la final de la Copa del Mundo.
La NASA también anunció que una caminata espacial de los astronautas Josh Cassada y Frank Rubio, previamente programada para el 19 de diciembre, se retrasaría hasta el 21 de diciembre.
A pesar de la falta de información sobre el origen de la fuga, los funcionarios de Roscosmos han especulado que fue causada por el impacto de un micrometeorito. En una declaración del 16 de diciembre publicada por Roscosmos en Telegram, un servicio de redes sociales, Viktor Voropaev, ingeniero principal del Instituto Keldysh de Matemáticas Aplicadas, dijo que creía que el «principal sospechoso» era el impacto de un micrometeoide vinculado a la lluvia de meteoros Gemínidas. Eso sí, no ofreció ninguna otra evidencia para apoyar esa conclusión.
Roscosmos también negó un informe en los medios rusos de que las temperaturas en la nave espacial Soyuz aumentaron hasta 50 grados centígrados después de la pérdida de refrigerante. En cambio, las temperaturas en la nave espacial rondan los 30 grados centígrados, lo que Roscosmos describió como solo un «cambio leve» y no representa una amenaza inmediata para la nave espacial o las personas en la estación.
La Soyuz MS-22 aún podría funcionar como un vehículo de regreso, pero si Roscosmos y la NASA lo consideran inutilizable, Rubio, Prokopyev y Petelin quedarían varados a bordo de la ISS hasta que un vehículo de reemplazo sea trasladado al laboratorio en órbita.
