Regálate una hora, puede dar buenos dividendos

José Rafael de Regil Vélez

Director de Preparatorias de la Universidad Instituto Irapuato

El año nuevo, el cumpleaños, el inicio de un ciclo escolar… En realidad, cualquier momento que consideremos oportuno se vuelve ocasión para mirar el pasado y vincularlo con nuestra disponibilidad para el futuro. Pueden ser la semana, el mes, el trimestre, cuatrimestre, semestre o año que terminan y su correspondiente que está por empezar.

A mí me pasa y a muchos de mis conocidos también: sobre la marcha, al vivir nuestros compromisos cotidianos, se nos ocurren posibilidades de mejora, cosas que no quisiéramos hacer ya o de la misma manera. También nos damos cuenta de lo que estamos haciendo bien y conviene que continuemos realizando. Y todo ello inevitablemente acompañado de diversos sentimientos: alegría, enojo, pena, agradecimiento.

Pero casi siempre sucede que comienza un nuevo periodo y todo eso que sentimos, reflexionamos, imaginamos se pierde, porque no nos damos un tiempo para revisar, para conectar en una visión de lo vivido y lo porvenir que está por vivir. Una hora, tal vez un poco más, puede marcar una diferencia, dar buenos dividendos.

Una reunión entre amigos… con impactos mundiales

Según cuenta László Békéssy en el blog de Epale, la plataforma de aprendizaje de adultos de la Unión Europea, en el 2012 él y otros amigos húngaros decidieron pasar un fin de año con un ingrediente diferente. Así, idearon una reunión en la que pudieran compartir lo pasado durante el año y lo por delante en el venidero.

Partían de un par de certezas: la primera, que habitualmente pasamos la vida con muy poca conciencia, sin realmente darnos cuenta de lo que somos, lo que hacemos, lo que nos lleva a perder posibilidades humanas; la segunda, que los sueños solo dejan de serlo cuando de alguna manera los convertimos en caminos planificados.

Para esa Nochevieja prepararon algunas preguntas y se dieron a la tarea de compartirlas. El encuentro resultó un éxito y los convidados decidieron que sería bueno extender lo vivido al mayor número de personas posibles.  De allí resultó un folleto que se ha convertido en un movimiento internacional: YearCompass, que en castellano se puede llamar la brújula del año, o para el año.

El éxito vino, en palabras del mismo Lázló, de que el folleto permite el autoreconocimiento, que es «una de las claves para convertirse en un mejor ser humano» -y necesitamos muchos humanos impresionantes en este planeta. Pero también pasar de los deseos a las acciones que hay que realizar para que lo porvivir sea coherente con los descubrimientos que realizamos cuando nos detenemos un momento para mirarnos, sentirnos, escucharnos, proyectarnos, soñarnos.

Entre el dicho y el hecho… para allanar el trecho

Por eso la brújula parte de una serie de preguntas que a partir de retomar el calendario del periodo que se termina, se recorre lo acontecido, se ubica en dimensiones existenciales (familia, trabajo, amistades, recreación, hábitos, salud, etc.) para abordarlos en perspectiva de logros, desafíos, interrelaciones benéficas, agradecimientos y también en función de lo que hay que dejar ir porque no contribuye a que seamos las mejores personas que intentamos ser.

En el proceso se ponen en juego la memoria, la gratitud, el reconocimiento, los impulsos de futuro que se generan a la luz del pasado. Y todo ello dispone para la segunda parte: el año (semana, semestre) que tenemos por delante, que debe ser deseado, imaginado, pero también esbozado en término de acciones realmente alcanzables.

YearCompass nos lleva hacia el futuro otra vez en las distintas dimensiones en términos de sueños, deseos, invitaciones, para definirlo en términos de frases guía y acciones realizables que sean coherente con lo que imaginamos y queremos que sea el tiempo… Todo queda listo para pasarlo a nuestra agenda.

Según la información de la página del folleto, en el último año tuvo más de dos millones de descargas y se puede acceder a él en 52 idiomas. Quienes acceden a él lo pueden descargar en un archivo pdf dispuesto para imprimirlo y utilizarlo de manera autógrafa o para usarlo en formato digital en su tableta, laptop, incluso teléfono inteligente. Viene en tamaños de papel A4 o A5 -comunes en Europa-, pero es adaptable al tamaño carta, más utilizado en países como México.

En mi experiencia, la lógica de la brújula anual se puede aplicar con provecho en la revisión de nuestro mes, incluso de nuestra semana, haciendo las adaptaciones que creamos necesarias para movernos en los criterios de autoconciencia y planificación.

Si bien, que construyamos quienes queremos ser, lo que queremos hacer, no queda garantizado ni con este ni con ningún otro instrumento, me parece real que dar pasos, avanzar aunque sea milímetros, es más factible si nos valemos de medios que nos permitan vivirnos más integralmente como los seres históricos que somos, capaces de interpretar nuestro futuro a la luz de una una visión sensible, sentimental e intelectual de nuestro pasado.

Y todo eso nace de regalarnos rato y utilizar medios para vivir más plena y conscientemente… Regalarnos una hora puede darnos buenos dividendos.

Si quieres conocer y utilizar YearCompass, haz click aquí.

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