Rolando Daza
Apunte:
El otro día estando en una videoconferencia con amistades de la CDMX, de Monterrey, de Guadalajara y de San Antonio, Texas, un compañero de la sesión dijo: “qué corrupto y lleno de narcos es el país”. Vivo y trabajo en México, por cuestiones tuve la oportunidad de vivir y trabajar fuera del mismo, amo mi tierra y nunca me habían hecho en corto ese comentario. Quiero decirles que me dolió el alma…
Si el único valor que tenemos al frente es tener más y más, hay un momento en que eso hace posible cualquier estratagema, por lo tanto, la corrupción es factible. Todo el problema de corrupción no ocurrió entre gente pobre, fue entre gente rica y la sociedad la ha adoptado como una forma de convivir, en el trabajo, en el mercado, en la sociedad, en todo el mundo.
Este aspecto habla de nuestra sociedad; si lo único que busca una organización es ganar, obtener utilidades, aparece el “todo vale” y no hay lugar para otros valores. Todo tiene un precio, pero ya nada tiene valor. Lo grave es abandonar este tipo de conversación dentro de la empresa, dentro de la comunidad se deja de hablar de los límites, nos desorientamos y así entramos en la corrupción.
Bob Dunham señala: “En sociología, por ejemplo, se conoce la coherencia entre los altos y bajos niveles de confianza. Baja confianza produce una baja realización, acción baja. La semilla para una nueva posibilidad tiene que ver con el hecho de que si se agranda la confianza mejora la realización, el desempeño. Todo esto tiene que ver con comprender el juego no sólo dentro de una organización, sino de comprenderlo dentro de la sociedad, en la vida, mirarlo desde una perspectiva más amplia. Necesitamos un juego mucho más grande”.
Ese “juego grande” en el contexto de los negocios y de la sociedad tiene que ver con el liderazgo y la responsabilidad. Deben ser preguntas que se haga el líder por el futuro de la comunidad y del país. Se necesita modificar el espíritu del liderazgo. Los líderes tienen que ser responsables por algo mucho más grande que mejorar las utilidades. Deben responsabilizarse por el impacto que tienen como grupo en la construcción de futuro y cambiar sus estándares del significado y sentido sobre el ser humano.
El liderazgo se centra en el ser humano, la persona nació para dar algo en la vida y no sólo para tomar cosas de ella. Estamos en un escenario particular, donde las transformaciones necesarias, las de sentido profundo y de largo aliento, son el camino hacia un nuevo horizonte que debemos construir, pero también son la cura ante las prácticas contemporáneas que nos tienen sumidos en incertidumbre y decadencia.
Conocer modelos de liderazgo no te hace un líder. El liderazgo es el arte de la realización, es una conversación respecto a un futuro que hace sentido a otros y que es deseado por ellos también. Por eso el liderazgo debe tener seguidores. El liderazgo es aprender a tomar acciones para crear el futuro de otros. Hay que tocar el corazón del ser humano, conectarse con su compromiso y con lo que le importa para producir algo valioso, significativo, saludable.
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