Rolando Daza
Apunte:
En los tiempos actuales, las Opiniones se han convertido en verdades (muchas de ellas sin sustento). Una opinión es el resultado de una valoración, un juicio o una revisión que alguien hace sobre una persona, un hecho o cualquier aspecto de la realidad. Esta palabra proviene del latín opinionis que está vinculado con el criterio o el punto de vista, se encuentra vinculada con la subjetividad.
Cada persona vemos el mundo de una manera distinta. No observamos lo mismo, no escuchamos lo mismo, no sentimos lo mismo y, sin embargo, vivimos nuestro día a día como si los demás vieran de la misma manera lo que vemos nosotros. De ahí la fuerza que ha adquirido la opinión.
¿Cómo resolver la dificultad de que no vean el mundo igual a como lo veo yo? Para buscar esa solución, generamos discusiones sobre quién tiene la razón y la mayoría de las veces resolvemos el asunto diciendo “estás equivocado”. Es sorprendente este resultado. Hay un solo mundo y nosotros no nos ponemos de acuerdo… por desgracia hay tantos mundos como personas. Si hay un solo mundo, entonces la persona que yo soy, se abre a dos posibilidades: o tiene la razón o está equivocada, lo que es bastante pobre como explicación. Se nos olvida que cada persona ve un mundo distinto. Somos observadores distintos y eso lo entendemos.
Pese a comprender esto, cuando interactuamos suponemos que todo lo vemos igual o exigimos que sea así, y con ello perdemos la enorme riqueza de ser personas con observaciones diferentes. Piensen en un médico de la tradición china y un médico de la tradición occidental. Si ustedes van a consultar a los dos, y les dicen me duele el estómago, ellos van a intervenir de una manera totalmente distinta. ¿Saben por qué? Porque no ven el mismo cuerpo. El médico de la tradición china ve movimientos energéticos mientras que el profesional entrenado en la tradición occidental ve allí sangre y músculos. Una vez más, no es mejor ni peor, sólo que son personas distintas. Y eso tiene una tremenda consecuencia porque cada uno actúa en el mundo dependiendo de cómo lo ve.
Este fenómeno no es trivial, actuamos por como observamos al mundo. De ahí la pregunta, ¿por qué las personas queremos que vean el mundo como quiero?
Consideremos las diferencias que existen en cómo vemos las cosas, ya no a nivel individual sino colectivo. Los de la 4T no ven el mundo igual que el resto de los mexicanos. ¿Les cabe alguna duda? Ni tampoco los estadounidenses ven el mundo igual que los mexicanos. Y como vemos el mundo distinto, construimos realidades distintas. Es igual en otros ámbitos: Apple no ve el mundo igual que Microsoft; ni Coca Cola ve el mundo igual que la Pepsi Cola. Son mundos totalmente diferentes. Cuántas disputas se evitarían con una mayor comprensión y apertura en las diferencias.
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