Irapuato, Gto., 27 de marzo de 2022.- En febrero de 1922, la parroquia de Jaripitío recibió al padre José Trinidad Rangel Montaño, cumpliéndose el pasado febrero 100 años de su llegada al Municipio de Irapuato.
Durante su estancia en la parroquia, ofició 43 matrimonios y 197 bautizos de personas de Jaripitío y comunidades cercanas. Las cartas de bautizo y de matrimonio firmadas por el padre Rangel, aún se conservan en el Archivo de la Parroquia de Jaripitío.
Dulce Vázquez Mendiola, directora del Archivo Histórico Municipal, informó que, gracias a la investigación del padre Sergio Montoya, se puede saber más sobre la vida del padre Trinidad Rangel, quien en 2005 fue beatificado, junto con otros dos Mártires de San Joaquín, luego de su muerte el 25 de abril de 1927, a manos de fuerzas federales, durante la Guerra Cristera.
En el templo de Santa María de Guadalupe, en Jaripitío, Irapuato, el beato J. Trinidad Rangel estuvo de febrero de 1922 hasta abril de 1923, año en el que se retiró a una parroquia de Silao.
“Estando en ese lugar, el Presidente Municipal le pide su registro como a todos los párrocos que estaban trabajando en esa época, pero él se niega, atendiendo lo que mandaban sus superiores y se retira a la ciudad de León, y estando allá, decide celebrar oficios de la Semana Santa en el Convento de las Madres Mínimas de San Francisco del Rincón, aunque le dijeron que no lo hiciera porque era muy arriesgado”, detalló Vázquez Mendiola.
El viernes 24 de abril de 1927, el padre fue detenido y llevado al Seminario de León, lugar que se había convertido en Comandancia Militar, ahí fue juzgado inmediatamente ante un tribunal improvisado y, esa misma tarde de domingo, se le acusó junto a otros religiosos de haber conspirado en el descarrilamiento del tren de Guadalajara.
Todos los acusados fueron llevados en un camión de basura rumbo a la estación del ferrocarril, para trasladarlos a Lagos de Moreno, Jalisco. El tren se detuvo en el kilómetro 491, donde fueron obligados a bajar por un oficial y 10 soldados.
Al alejarse 50 metros de la vía, los religiosos fueron asesinados con un tiro de gracia, por lo que fueron nombrados como los Mártires de San Joaquín.
Por esta razón, recibieron la beatificación y, ahora, al menos para J. Trinidad Rangel las autoridades religiosas buscan promover la causa de su canonización.
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